¿Puede este remake del 2003, ser una primicia de lo que obtendremos con el próximo estreno de Friday 13th por el mismo director?
Sin duda la cinta original de esta película, es una de las mejores creaciones de terror en la historia y hoy en día continúa siendo una favorita no sólo para los fans del género (pues incluso se tiene una copia en la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York) Pero es el estreno de Friday 13th lo que me lleva a comentar este remake del director Marcus Nispel (responsable también por la cinta Pathfinder)
Durante el retorno de unas vacaciones en México, un grupo de jóvenes transportándose en una “van”, encuentran en el camino a una chica en estado de shock, que poco después disparara la adrenalina que fluye durante el resto de la película luego de cometer suicidio y obligar a los presentes a buscar ayuda.
Los personajes aunque son simples y su destino previsible (pensando en la experiencia previa por parte del espectador hacia este tipo de cintas), no caen en el estereotipo absurdo al que uno esta acostumbrado y además al ser involucrados en una situación tan tensa logran resaltar y atrapar al espectador, pues a partir de este momento desarrollan cualidades diferentes acordes a la acción del momento, que los deja básicamente impotentes, esperando a su destino. Las actuaciónes de Jessica Biel “Erin” y Jonathan Tucker “Morgan” por su parte, son lo suficientemente convincentes para representar en pantalla la actitud que tendría una persona real en su situación.
Por otro lado, los villanos realmente representan un horror y amenaza creíble, además de constante, lo cual es notable porque abandonan la norma de aparición incidental por minutos. En ningún momento muestran señales de compasión, cordura o remordimiento, demostrando así que en verdad no hay mucha oportunidad para un final “feliz” Y la actuación de R. Lee Ermey en el papel del Sheriff Hoyt es increíble y asfixiante de inicio a fin, acaparando la atención en cada una de sus escenas. Debo aclarar de igual forma, que a pesar de que al personaje de “Leatherface” se le haya dado mucha importancia en esta versión, en el transcurso no se maneja como alguien influyente en la trama, mas bien es una bestia que se libera en los momentos adecuados para llegar a un climax, luego de un desarrollo previo.
No hace mucha falta mencionar que una película que en su titulo incluye la palabra “masacre”, es obviamente NO apta para menores de edad, por la violencia grafica y verbal que se maneja, así como las situaciones y escenas crueles. Pero no debe malinterpretarse como una cinta de gore gratuito e insustancial, pues si bien muestra bastantes litros y chorros de sangre, estos son necesarios dentro de la narrativa como una pieza mas para armar un rompecabezas. Mencionado en el sentido que si a un personaje se le mutila con una sierra eléctrica, sería bastante incoherente no ver manchas o salpicaduras ¿Cierto, o únicamente a mi me parecería absurdo?
Otro punto a favor de esta obra (en general) que la ayuda a salir de lo cotidiano es el manejo del ambiente, pues a diferencia de casi todas las demás creaciones en el género del horror, no se trata de monstruos ficticios que acechan desde la oscuridad durante una helada noche en los alrededores de un siniestro castillo o residencia desolada. En cambio transportan el horror a una atmosfera cálida, llena de color y vida, consiguiendo un resultado con variantes igualmente acertadas, pues no se busca un escalofrío en el espectador si no una reacción de repulsión hacia los sucesos grotescos que caracterizan la película y un sentimiento desesperado e inquietante.
Aunque la obra original es grandiosa y este no es un remake fiel al cien por ciento, se trata de una muy buena película, disfrutable para varias ocasiones y con un alto grado de repetición. Lo que me lleva a desear con ansias el estreno de Friday 13th, que promete una buena actualización de otra muy buena película de horror.
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