Un ataque nuclear es solo el inicio de una pesadilla sin fin cuando un grupo de sobrevivientes descubra que quizá la única salida es la muerte.
Dos horas de suspenso y horror llevados a proporciones que seguramente un público reducido podría aceptar, una película sin duda tachada por muchos como “aburrida” o sin sentido.
Desde los primeros instantes la historia se va de lleno con la muestra de un ataque nuclear en la ciudad de Nueva York; explosiones gigantescas, bolas de fuego que llenan los cielos de un color rojizo, edificios que colapsan mientras otros son convertidos en meras partículas de polvo se plasman en un escenario donde los gritos de horror inundan las calles hasta la lejanía. Son los últimos segundos de la “civilización”.
Una impactante secuencia en la que personas, vecinos de un edificio corren por las escaleras en busca de refugio; solo nueve sobreviven en el sótano, imaginando y deseando que encerrados allí la catástrofe no los alcanzará. Se equivocaron.
Dirigida por Xavier Gens y con las actuaciones de Lauren German, Milo Ventimiglia, Rosanna Arquette, Michael Biehn y entre otros, es una historia de supervivencia, primero de los horrores y el miedo de un ataque nuclear, sus consecuencias al medio ambiente y segundo el (también) horror de cómo un grupo de personas encerradas bajo tierra, que sufren de inmensas presiones a lo desconocido y a la posible falta de alimentos, se transforman radicalmente en seres inhumanos, completamente primitivos y muy faltos de razón y esperanzas.
Una cinta muy oscura, llena de escenas y situaciones perturbadoras (no aptas para menores), ahogadas también en lenguaje violento que no dará respiro alguno al espectador hasta que esta termine. A diferencia de muchos, a mi parecer The Divide no es una película de “explosiones y monstruos radioactivos” sin sentido, es una muestra de comportamientos perversos, de abuso de poder y de trastornos mentales que se enfoca en plasmar como sin esperanzas, sin una imagen de futuro y agonía algunas personas pueden enloquecer hasta convertirse en monstruos.
Una caída en picada de escenas violentas en aumento, una historia fatalista sobre el fin de la humanidad hasta sus máximas consecuencias, la muestra de un mundo seco, desolador y frío, donde aparentemente no hay escape ni bajo tierra, ni en la superficie donde los niveles de radiación son mortales; simplemente The Divide es algo desolador y terrible, un mundo en el que nadie querría vivir jamás.
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