Basada en el manga por Taiyo Matsumoto, está película es una de las pocas obras japonesas que se pueden encontrar fácilmente y vale la pena ver.
Blanco y Negro son dos huérfanos que han hecho de La ciudad Tesoro su hogar y su territorio, convertido las calles en su campo de juego, los criminales locales son sus amigos, no temen a la autoridad y piensan que siempre estarán juntos. Pero un enemigo ha llegado a transformar el barrio en un lugar donde nada de lo anterior tiene cabida.
Esta obra cuenta la típica historia donde el desarrollo origina graves consecuencias para las personas locales, pero desde un punto de vista bastante original porque no se trata de personajes normales, sino de maleantes y delincuentes juveniles, que son realmente el alma de la llamada ciudad Tesoro, más aún cuando cada uno de ellos comparte la idea de pertenencia por el lugar, con una fuerza que llega a ser destructiva.
Con esto queda claro que a pesar de que Tekkon Kinkreet cuenta con una llamativa e inocente cubierta (en su presentación casera), se trata de una película con una temática adulta, cargada de emociones fuertes, bastante dramática y que en algunos casos muestra un simbolismo que si bien es fácil de entender en mayoría, puede llegar a confundir por algunos momentos.
Y es justamente esa forma de representar la imaginación y sentimiento de los protagonistas (sobretodo el pequeño), el punto más interesante durante toda la película, pues aunque en un inicio se pueden considerar sus habilidades como algo literal (y normal sobretodo en producciones japonesas), existen situaciones donde sus juegos infantiles y acciones comparten el mismo espacio o incluso se desarrollan de un modo que debe comprenderse como algo abstracto.
La animación por su parte es increíble en todo momento por la calidad del detalle en cada cuadro, la ambientación, el juego de cámara para presentar planos de la ciudad y los personajes, pero sobre todo por la combinación con los efectos tridimensionales, que le dan una fuerza dinámica que te hace sentir como si realmente estuvieras ahí porque se siente la vitalidad cotidiana de todos los elementos. Fácilmente cuenta con una calidad muy superior a cualquier otra película animada tradicionalmente y que se encuentre de forma accesible y por lo mismo creo importante el disfrutarla en alta definición de ser posible, para apreciar por completo todo el trabajo que se reúne en pantalla.
Para terminar y como comentario personal, aunque la película es indudablemente buena tanto por la historia y el giro inusual para el final, el desarrollo que cubre realmente un lapso de tiempo creíble y la complejidad de los personajes. Deja la idea de que todo el trabajo técnico habría sido mejor explotado con una carga menor de drama, porque es tan grande que evita disfrutar por instantes del aspecto visual que queda relegado a un segundo plano.
Pero no hay duda de que Tekkon Kinkreet puede considerarse como una película en general y no solo una obra animada, que se encuentra entre lo mejor del género y que es lo suficientemente memorable para aguardar positivamente los próximos trabajos de Studio 4°C (Animatrix, Batman Gotham Knight, Halo Legends, Memories)
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