“Un juego tan grande y tan esperado, lo tienes que reseñar tú”. Eso me dijo mi editor en jefe, o al menos así lo interpreté cuando obtuve mi copia de Horizon: Forbidden West para PlayStation 4. Y lo jugué y lo acabé. Y mi camino al platino no puede ser más claro que nunca, y mis ganas de terminar con la niebla por todo el mapa jamás han sido tan grandes. Y heme aquí, con la reseña del juego que estará sin duda en la terna para el mejor del año. Y es serio contendiente.
Ah por cierto, el juego lo tengo en físico para PlayStation 4, pero de inmediato que metí el disco en mi preciosa PlayStation 5, apareció la opción de actualizar gratuitamente a la nueva generación. Además aquí les va un tip: pausen de inmediato la instalación del 4, permitan la descarga del 5 y toda vez que se termine esta última, podrán jugar con el disco “Play”, sin ocupar espacio en la consola para la versión anterior. Espero hayan todos entendido cómo ahorrarse unos 60 Gb.
CERO SPOILERS EN ESTA RESEÑA AMIGOS. LEAN CON LIBERTAD.
ALOY ESTÁ DE REGRESO
Sí, para los que preguntan en redes sociales si debieran jugar el original Horizon: Zero Dawn, en efecto Horizon: Forbidden West continúa la historia que terminó de manera tan impresionante en la primera parte, con Aloy venciendo de manera soberbia al software que tanto daño quiere hacer a la humanidad, HADES, pero con un tremendo enemigo por delante, Sylens, quien ahora tiene posesión del malware -si así queremos definirlo- y espera obtener información preciada de GAIA para entenderla mejor, y hacer uso de su capacidad con el fin de blandir un poder del cual no tiene ni la menor idea de lo que es. Quizá por eso quiere tenerlo pues. No lo juzguen tan rápido.
Una vez que Aloy se da cuenta de que su antiguo amigo ahora es su enemigo y de las motivaciones que tiene este para enfrentarla, es cuando decide ir en busca de él y de la verdad a la que se va a enfrentar por más complicada que sea para ella, y para que nosotros la entendamos con tantos diálogos y cambios de ritmo, así como plot twists y nombres de personas.
En mi haber por el mundo de los videojuegos he encontrado relatos maravillosos que me dejan boquiabierto, y sin duda Zero Dawn fue uno de ellos, así que embarcarse en la misión de chutarse las charlas entre los personajes de Forbidden West debía ser una empresa igual de sencilla, con la diferencia de que no sabía lo que me esperaba. Ustedes tampoco. Horizon: Forbidden West cuenta una trama lo suficientemente rebuscada y enredada que pocos llegarán a leerla en su totalidad, empezando por todas las conversaciones que Aloy tiene con sus personajes secundarios -que a su vez son su compañía en todo el relato-, las mentadas con los enemigos, y sobre todo la verborrea hacia ella misma, que nos sirve para entender un poco más la historia pues lo hace a manera de resumen, y también con la intención de marcarnos el camino o lo que se debe de hacer en caso de atascarnos cuando no sabemos a dónde ir o qué hacer.
La historia se desenvuelve de manera natural y con ciertas acciones que nos permiten entender que el final va a ser quizá sí un poco esperado, pero con un camino donde Aloy hará amigos que salen incluso de abajo de las piedras, siempre lanzándonos avisos de una tercera parte que es inevitable y por supuesto queremos ver. Por lo que el final a pesar de no ser tan claro, sí me dejó contento pero así como lo dije previamente, con ganas de ya ver la tercera parte o un DLC más que cantado. ¿Por qué? Pues no les voy a decir pues sería spoiler.
Horizon: Forbidden West despliega una nueva manera de enfrentar los diálogos y la actitud de Aloy, pues presenta decisiones con tres opciones de respuesta, ya sea combativa donde Aloy responde a manera agresiva para imponer su dictamen, la respuesta “corazón” donde la protagonista trata de convencer con palabras más agradables a la otra persona, y la última que es pensando más con los pies en la tierra. Sea la respuesta que sea, no afectará nada en el final de la historia y todo seguirá su curso normal, por lo que he aquí una mecánica nueva y forzada que no tenía absolutamente nada qué hacer en el juego. Así con la honestidad del mundo.
NUEVOS JUGUETES, AUNQUE LOS ANTERIORES ESTABAN BIEN
Voy a ser honesto como siempre lo he sido, Horizon: Forbidden West se siente en momentos cargado de armas, nuevas mecánicas para apertura de caminos, herramientas y hasta habilidades. Las decisiones tomadas por Guerrilla Games no son en lo absoluto malas y se agradecen, pero sí soy una persona muy exigente en cuanto a juegos y a pesar de que Horizon: Forbidden West se ha convertido en mi juego predilecto del 2022, debo ser imparcial y decir que casi llegaron al límite para decir que “es un título saturado”.
Aloy cuenta con tres opciones nuevas para abrirse camino cuando el mismo se encuentra bloqueado. Una es el gancho de agarre como el de Batman literal. Con este podremos disparar una cuerda hacia un punto marcado en las estructuras altas para subir hasta ahí, lo cual es sumamente útil en varias misiones, pero lo amarán cuando lleguen a la limpia de trofeos, pues muchas cosas están arriba y es solo este recurso el que los ayudará.
La segunda es un gancho que se activa con el arco, el cual funciona para jalar estructuras igualmente señaladas en las edificaciones y que están empotradas directamente a la pared o a armazones metálicos, que en ambos casos al jalar hará que cedan y la pared caiga o en su defecto cree un puente con alguna trabe. Imprescindible para acabar el juego y es una herramienta que aparece sí o sí, imperdible.
Y la tercera son las flores que generan enredaderas. Esta fue en mi parecer la menos útil y que a pesar de salir varias veces en el juego, no tenía caso y fue la que más forzada se sintió. Fans de Kratos encontrarán esta como una inspiración bárbara a la misma mecánica en el juego de juegos, sí, God of War pues. Aquí solamente es cuestión de romper la flor y listo, adiós enredadera que no permitía el paso y ya. ¿Ven cómo sí se siente forzada? Más porque son pocas las ocasiones en que aparece en la historia principal y con mucha frecuencia en las misiones adicionales.
El Alaescudo es una chulada que sí es por mucho una de las mejoras más bellas en Horizon: Forbidden West, pues con este podrán aventarse desde lo más alto del cielo y caer con estilo, pues es en realidad una sombrilla holográfica que les permitirá planear hasta que ustedes lo decidan o toquen tierra firme, no sirve para volar ni para elevarse, solo para descender, pero mientras lo hacen pueden gritar “I’m Mary Poppins yo!” y pensar que son Yondu Udonta, al fin que ese compa también usa flechas.
La cantidad de arcos es vasta, más porque todos son diferentes gracias a los efectos que pueden causar en el blanco, ya sea ácido, fuego, congelamiento, o shock eléctrico, que se complementan de manera perfecta con las ballestas que arrojan bombas de lo mismo para rociar al enemigo y mantener el efecto más tiempo. Un consejo les doy porque su amigo Andrés soy: usen primero las bombas y mientras mantienen el efecto, disparen a la panza y cola del robot, con eso tienen asegurada la victoria. Acabé el juego sin usar una sola trampa y eso se lo atribuyo a que soy combatiente cuerpo a cuerpo, sin embargo también a pesar de ser útiles, estorban un poco si el rival tiende a moverse por todo el territorio, por lo que no se los recomiendo. Tanto.
Y bueno, lo que vimos en el primer tráiler de Horizon: Forbidden West. Bucear.
Bucear en este juego no paga el precio, pero sí una gran cantidad. Pocas son las misiones principales que requerirán sumergirse, pero cuando es así vaya que deberán nadar y utilizar esos pulmones suyos porque Aloy aguanta poco, así que esperen un aparato para respirar bajo el agua que llega pronto, así que no desesperen ni se aventuren a nadar mucho porque de inmediato podrán hacerlo libremente y sin restricciones. La mecánica de nadar y sumergirse es realmente maravillosa, un logro tremendo que definitivamente abre un mundo nuevo con misiones de a montón -especialmente adicionales- y que sin duda me deja deseando que ese DLC -apuesto unos tacos y coca que sí sale- sea relacionado al agua, pues permite crear nuevos robots y alcances de nuestra cachetona protagonista. Porque sí está más cachetona que antes. Por desgracia no es posible combatir en el agua, sirve solo para recolectar y moverse de un lado a otro, por lo que aquí hay una oportunidad para Guerrilla Games: todo un árbol de crecimiento donde la niña pueda pelearse o armas nuevas que jalen bajo el agua. Venga, confío en ustedes.
Y para finalizar con las cosas más importantes en el apartado de “Innovación”, traemos el rebuscado y algunas veces innecesario árbol de habilidades. Hay seis ramas que permiten mejorar ciertos puntos sencillos, que unidos forman una nueva habilidad, cada rama cuenta con dos y son sumamente útiles, pero solo puede activarse uno a la vez, lo que limita un poco nuestra capacidad a la hora del combate. Estas derivaciones permiten estudiar al enemigo y decidir con cuales sería mejor contar, sin embargo cuando estamos ante un robot gigantesco, realmente lo que queremos es usar las armas y habilidades que más dominamos y con las que nos sentimos seguros, por lo que predominar en todas está complicado, aunque no imposible, pero sí complicado, pero no imposible. Pues ya.
Me permitiré solicitar de antemano una mejora clara en la escalada de Aloy y su parkour, porque a pesar de ser muy intuitivo, a veces termina por no encajar de la mejor manera y provocar pérdidas de avances o tiempos muertos al querer continuar con la resolución de un rompecabezas. Sí mejora con lo mostrado en Zero Dawn, pero no convence al 100%.
Otra sorpresa y sin detalles porque no quiero arruinarles la experiencia, pero si alguien se lo preguntó: SÍ podremos hackear robots voladores. Y que su imaginación les dicte lo que sigue al hacer eso. No depende de mi robarles esa sensación.
NO ES JUGUETE PERO SÍ ES UN JUEGO DE MESA
Machine Strike es la respuesta de Horizon al Gwent de The Witcher o al juego de mesa de Assassin’s Creed: Valhalla. Aquí la cuestión es tener su propio ejército de robots que pelea contra el del rival, todo con cartas que tienen puntajes de vitalidad y fuerza, desarrollado en un tablero del cual hay una buena cantidad, pues resulta que el terreno puede variar de tabla en tabla para que nunca sea igual o los peones encuentren dificultades a la hora de los trancazos. El juego es un poco complicado pero por fortuna solo deben ganarle a dos contendientes diferentes para obtener el obligado trofeo que viene con esta actividad nueva que no aporta nada, es nomás meterle más relleno a la torta si me permiten decirlo así.
¿EN SERIO DEBO HABLAR DE LOS GRÁFICOS?
El photo-mode no tiene desperdicio, es la razón por la cual los jugadores encuentran en el mapa lugares para tomarse la selfie o crear wallpapers para sus computadoras o hasta su celular, es la razón por la que entran a grupos de Facebook y así presumir sus dotes artísticos a la hora de retocar fotografías. Y es precisamente el photo-mode lo que me hace creer que los gráficos en Horizon: Forbidden West son los que ocupan un lugar en mi top 10 de más impactantes y portentosos de la historia.
A pesar de que la neblina es muy notoria como recurso para eliminar procesamiento de la consola, esta misma está hecha con tal perfección que las vistas seguirán siendo hermosas sin importar cuánta naturaleza sea tapada por dicha bruma. Este punto en específico fue motivo de pleito entre fanboys en un grupo de Facebook.
Olviden la niebla, todo en Horizon: Forbidden West es una obra de arte, desde las facciones y los ojos, hasta la montaña más grande, todo está hecho pensando en que somos lo jugadores más exigentes del mundo y que vamos a eso, a exigir por gráficos sorprendentes gracias a que tenemos una consola más potente que la anterior, y esa misma hizo tirar la quijada al ver Zero Dawn. Así que Horizon: Forbidden West no falla y excede las expectativas gráficas. Este hecho no se ve opacado en el agua, que a pesar de que todo es pues azul, no deja de inquietar lo bien que se siente la profundidad con la luz, factores que cambian el ambiente donde estemos buceando, por lo que la gama de colores es fascinante. En verdad no puedo describir lo increíble que es el manejo de la luz en todo el juego, sin importar si es de noche o de día, pues siempre me sentí inmerso en la aventura, y salir a la calle ya no es lo mismo, se extrañan los robots.
EL SONIDO ANIQUILADOR DE OÍDOS
Arcoíris de mis oídos han salido en ambas versiones de la experiencia del juego: con teatro en casa o con audífonos.
La primera es quizá la más socorrida porque queremos oír tremendamente fuertes todos los detalles que aguardan en el apartado sonoro. No cabe duda que Guerrilla Games invirtió muchísimo esfuerzo, tiempo y tecnología en lograr un sonido espectacular que va por nota y no desmerece lo mostrado en pantalla. Sin embargo el teatro en casa no es la mejor opción. No, no lo es y esto no es culpa del desarrollador, es culpa de la segunda opción: los malditos audífonos con tecnología 3D Sound.
Maldita la hora en que compré mis Sony Pulse 3D color negro medianoche para olvidarme que existe un mundo allá afuera. En realidad sería “bendita la hora” pero suena más dramática la otra sentencia. El sonido 3D vaya que me hizo sentir envuelto en las trifulcas, en las conversaciones y en los sonidos que salen de la naturaleza, el sentido en el que van y las direcciones que toman son solo una pequeña parte de lo mucho que se percibe con esta tecnología, y esa misma es la que Horizon: Forbidden West aprovecha al máximo para darnos una experiencia inmersa de verdad. Mis primeras dos horas de juego fueron con el volumen a todo en el teatro en casa, cuando decidí probar la segunda opción no hubo vuelta atrás. Nomás no la hubo y así es como vendí mi teatro en casa porque incluso las series las veo con audífonos, pero regresando a Horizon, esta experiencia abrió la brecha para continuar jugando el resto de este mundo abierto que aguarda por mi. Guerrilla Games supo cómo usar este recurso y lo hizo con un 10 de calificación. Tan bueno como ver las nubes moverse por los cielos de Horizon: Forbidden West.
En el sonido se incluye obviamente el cast de voces con el que regresan varios actores, empezando por Ashley Burch como Aloy quien vuelve a hacer un trabajo impecable, Lance Reddick como Sylens, la súper actriz Angela Bassett como Regalla, y agregándose al elenco, la señorita Carrie-Anne Moss como Tilda, a quien ya conocemos por ser nuestra querida Trinity de la saga Matrix. Nada que reprochar a estos grandes actores y al resto del reparto.
VEREDICTO
No estamos ante un 10 perfecto porque eso sería redundar, sin embargo estamos ante un 9 o 9.5 gracias a que el mapa es gigantesco y carece de lugares para descansar -a menos que sean puntos específicos para eso-, pues en todos lados habrá actividades para hacer o robots para enfrentar. Horizon: Forbidden West va más allá de un juego que te permita tener rejugabilidad; estos tipos la re-inventaron y/o perfeccionaron gracias a su constante estudio de otros títulos como Assassin’s Creed, The Witcher, Diablo, y otros que me cansaría de recitar, en conjunto con la cantidad de inspiraciones que recibieron de The Last of Us, God of War, Mirror’s Edge y quizá incluso Call of Duty o Battlefield. Horizon: Forbidden West explora fórmulas previamente usadas y exitosas, las replica a su muy peculiar manera y logra trascender con un juego que será punta de lanza para lo que se venga en la serie.
Killzone fue un juego que rompió las reglas con su primera entrega, y mejoró en la segunda y tercera iteración, dominó las versiones portátiles y sucumbió terriblemente en la última entrega. Guerrilla Games debe aprender de esta historia que ellos mismos contaron y aplicar estas lecciones en la saga Horizon que tiene sin duda un futuro más que promisorio, porque hoy en día ya no puedo decir que este juego tiene futuro, porque Horizon es ya el presente en los juegos de mundo abierto y todos deberían voltear a verlo para no copiarlo, sino para mejorar la fórmula. De eso se trata el mercado de los videojuegos, de competencia constante y este título puso la barra muy, muy alta.
Estamos ante un dolor de cabeza para las compañías que quieran pelear por el mejor juego del año 2022, y quizá también por el mejor de esta nueva generación.
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