Jeremy Renner, luego de ser un experto antibombas y un súper héroe, se pasa al misterio y la acción en este casi “reboot”
Tony Gilroy dirige y escribe esta nueva cinta basada en el universo creado por el escritor Robert Ludlum, una que a pesar de compartir nombre con la cuarta novela (en la serie Bourne) se aleja totalmente de esta para narrar independientemente y presentar otro personaje, Aaron Cross.
Una película llena de suspenso e intrigas como es usual en esta saga, pero que funciona como una especie de “reboot” marcando una historia (como ya he dicho) totalmente distinta a la cuarta novela pero manteniendo por completo todo el panorama y escenario impuesto por Ludlum, en este aspecto es muy importante decir que es indispensable ver las tres pasadas cintas de Bourne para apreciar la presente ya que esta transcurre en paralelo de la tercera entrega llevando a que no solo se nombren personajes del universo, también se muestren varias escenas y acontecimientos clave en la historia, muchos detalles que reafirman y que ligan de excelente manera la presente historia para hacer creíble a este nuevo agente, Aaron Cross representado por Jeremy Renner quien deja una buena huella que no solo llena el zapato de “héroe de acción” también le inyecta una personalidad fresca, esta vez y a diferencia de Bourne, marcando un agente frío y directo, capaz de matar a alguien sin parpadear para cumplir su objetivo, mantenerse con vida.
Las actuaciones se mantienen igual de impecables como en las pasadas cintas, sobresaliendo el “dúo” entre Rachel Weisz y Jeremy Renner quienes prácticamente controlan algunos de los momentos clave en la trama, otros actores conocidos como son Scott Glenn, Stacy Keach y Edward Norton también son importantes y claramente aportan la fuerza necesaria en sus papeles en momentos de “información al espectador” que es donde esta película se aleja de una simple obra de acción y acrobacias.
Las escenas de acción son bastante buenas y mantienen la calidad y elaboración de las anteriores cintas, la música es intensa en todo momento y guarda, como en todo lo anterior, la misma base ya creada y plantada en la trilogía Bourne.
Detalles, personajes, música, actuaciones y un desarrollo sobre la misma línea hacen de Bourne Legacy un buen “reinicio”, el punto negativo (en lo personal) es que la película de pronto termina sin decir más, en este sentido dejando en el espectador una cierta confusión si no se esta acostumbrado a dicho universo, por otro lado, para los conocedores, será un desenlace muy “típico” que recuerda mucho a Bourne Identity.
Al final The Bourne Legacy es lo que se podría esperar, pero no más, al menos hasta la obvia siguiente película.
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