Robots, ciudades futuristas y desoladas, una guerra que no tiene fin y fantásticas ilustraciones hacen de este, un buen número cero.
Después del gran éxito de Freedom Formula (tanto así que se llevará a la pantalla grande), su escritor Edmund Shern nos lleva de viaje a un mundo plagado de ciencia ficción donde increíbles Mechas de guerra son las últimas armas del futuro.
La editorial Storm Lion ha prometido llevar al lector más allá de historias simples y personajes aburridos. Y usando la palabra de Edmund Shern (Chief Stormbringer), presentan un cómic número cero titulado como “Devolution” que presenta el clásico choque entre dos tipos de soldados, los experimentados en el campo de batalla contra los últimos en tecnología y armamento. Y dando este inicio, nos sumergen en un corto número lleno de escenarios destruidos y bastantes disparos.
El arte presentado por Puppeteer Lee rápidamente llama la atención (incluso con una hojeada rápida), los diseños tanto en robots, personajes, escenarios y demás son muy buenos y destacan en todo momento, se podría decir, son la estrella de esta primera publicación. Los tonos, así como vemos en el material de Radical Publishing son exactos de inicio a fin, siempre brindando una atmósfera profunda y dramatismo a la ilustración logrando que cada instante de lectura sea simplemente especial.
La historia por Edmund Shern y Brandon Jerwa (Darkstalkers) es como ya dije, una pequeña primicia, un primer paso sobre algo que se desarrollará. Una Guerra entre facciones ha durado demasiado tiempo y parece ser que la única opción para terminarla es llevando lo último en armamento, unos Mechas pilotados por soldados entrenados de forma misteriosa y que al parecer nunca han vivido un combate, llevando a un conflicto con aquellos quienes se han mantenido en la guerra y que han luchado sin ostentosas máquinas y apoyo bélico. En este número cero vemos como estos dos equipos tratan de entenderse mientras cruzan desolados pasajes urbanos llenos de peligros y tormentas eléctricas que en cualquier instante podrían dañar la señal con sus superiores. Dejando de esta forma, instantes en los que sus diferencias podrían llevar a cumplir una misión o salvar a un compañero bajo fuego.
Al final, Devolution promete una buena historia, con personajes profundos y un arte intenso que glorifique cada segundo. Este, como número cero hace esto y además crea en el lector lo que se nombra como “hype” la esperanza de que algo muy bueno esté a punto de suceder. En lo personal, me parece que todo fan de la ciencia ficción, robots, Mechas y diseños futuristas no debe de perder de vista tanto a Storm Lion como Devolution; estoy seguro nos brindarán grandes sorpresas.
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