Uno de los remakes más esperados, con avances que prometían algo espectacular. Simplemente se convirtió en…
No tengo nada en contra de las adaptaciones y los remakes a pesar de que usualmente no resultan como el público lo espera y terminan en comparativas que son también ridículas por lo general. Es más, hay algunos casos en los que una adaptación le ha dado un empujón extra a la obra original (The Shining, Clockwork Orange, Fight Club) y un remake ha renovado nuestra imaginación (Casino Royale, Halloween, The Fly) Pero en este caso el fiasco es rotundo.
Pero no todo es malo y prefiero comenzar por lo que si me agrado de esta película jocosa. Las actuaciones, aunque nadie lo habría esperado son pasables (más no buenas) y todo se salva en mayoría a la participación de Mads Mikkelsen (el malvado de Casino Royale), que se roba la atención en cada segundo que aparece en pantalla, tanto así que ahora espero el momento en que tenga un papel protagónico.
Por el contrario Ralph Fiennes y Liam Neeson son, pues ellos mismos… Mientras que Sam Worthington aparece como el “chico rostro” que no sabemos con seguridad si sería el mismo personaje de Avatar o Terminator: Salvation… En fin, no hay mucha actuación, porque tampoco hay muchos personajes, lo que lleva a preguntar ¿Pero esto se trata de mitología griega llena de dioses no?
Y la respuesta es no. Mientras que la mitología griega está plagada de personajes increíbles, al igual que la versión original de Clash of the Titans (1981), donde los elegidos para estar en escena, tienen una participación adecuada para construir una historia. Aquí se incluyen personajes visualmente aunque no tienen más de 10 segundos de participación (quizá algunos afortunados ronden los 2 minutos a lo mucho) y los pocos que roban nuestro tiempo, simplemente no sirven para nada. Lo que resulta en que simplemente la historia no exista y nos importe un carajo lo que sucede en pantalla.
Básicamente la cinta transcurre presentando excusas para escenas que patéticamente terminan por plagiar a Transformers (alacrán gigante vs decepticon del desierto), una reinterpretación donde incluso Caronte parece plagiado de Dante´s Inferno y bueno, un montón de cosas que posiblemente le puedan agradar a un niño de 5 años que realmente no sepa ni espere nada (y que además no es el tarjet de la cinta) ¿Debo mencionar que Perseo no es una figura heroica y tiene una espada jedi edición mitológica?
Los efectos especiales están bien en mayoría como es obvio aunque parece que alguien olvido al personaje de Caronte que es simplemente un muñeco de plástico. Por otro lado más agradable, la banda sonora sobresale hasta cierto punto por no estar compuesta de las típicas melodías seudo-épicas a las que nos hemos acostumbrado y nada más… La película es un banquete de comida artificial a la que no se le puede encontrar la manera de tenerle gusto.
En definitiva, Clash of the Titans es una pendiente que desciende estrepitosamente hasta la sima de la porquería, donde reside la peor visión de una amalgama fastidiosa entre parodias de los Caballeros del Zódiaco, Dragon Ball y He-Man.
Lo peor de todo, el final abierto a una trilogía ya anunciada que no tiene razón de existir. Una desgracia completa para todos los que fuimos fascinados por la versión original de 1981 y esperábamos una buena actualización.
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