Solo un espectador que no conozca nada de esta serie o un fan extremo de J.K. Rowling podría no disfrutar está película que lo tiene todo.
La verdad es que después de seis entregas de increíble popularidad, es difícil a mi parecer que alguien no se haya acercado en algún momento a Harry Potter (ya sea los libros o las películas), pero aunque obviamente existe el caso, seguramente está sexta entrega puede convencer a cualquiera de ponerse al corriente, ya que sobre paso por demasiado a la anterior cinta, de la cual sinceramente recuerdo casi nada.
En un aspecto “H.P y El misterio del príncipe” (como fue titulada en español) está a la par de la cuarta parte “H.P y El prisionero de Azkaban” porque cubre una cantidad de información y la presenta con su debida cantidad de tiempo, que a diferencia del resto, realmente transmite la sensación de que los acontecimientos no suceden en solo unos días. Por otro lado y quizá por la trayectoria, los personajes lucen más interesantes cubriendo todos los aspectos de las relaciones humanas incluido el humor que siempre había parecido demasiado infantil y en está ocasión se mezcla sutilmente con momentos de mayor importancia, donde al igual que siempre la amistad se encuentra por encima de todo.
El detalle más importante de todos, al fin ha evolucionado seriamente el personaje de Harry Potter y mientras que con anterioridad parecía simplemente seguir la corriente y liberar los obstáculos por fortuna y ayuda de alguien más. Aquí parece que toma las riendas de lo que representa por el mismo y no lo que el resto espera y declara de él.
También una verdadera sorpresa es el manejo de Draco Malfoy, el niño malvado de la primera entrega que presumía su herencia familiar y su capacidad para ser un gran mago, posteriormente pasó a convertirse en un llorón que saldría corriendo luego de un altercado, lo que dejaba mucho que desear para esta cinta. Sin embargo a pesar de todo lo anterior, sobre paso las expectativas y por fin se coloco en una posición relevante que demuestra la construcción del personaje y el propósito de su trayectoria. Así mismo es un gusto cada una de sus apariciones que llegan a marcar el ritmo de la película.
Me parece que el único punto en el que está entrega llega a decepcionar, es la importancia que se le da al título. Pues parece que por el simple hecho de ser llamada “El príncipe mestizo” uno debería enfocar su atención en ese tema, caso erróneo pues el énfasis de la cinta no se encuentra ahí y cuando llega el momento de la verdad, uno simplemente puede llegar a pensar “¿Cuál príncipe? Ah si ese, ya me acorde.” Perdiendo toda la emoción y catarsis que debería estar sintiendo el espectador en dicho momento.
Por otra parte, aunque es sumamente agradable contar con un villano tan poderoso que no necesita aparecer en pantalla pues siempre ha sido casi omnipresente. La interpretación de su juventud no parece lo suficientemente aceptable, pues cae más en la personificación de la pedantes de un niño malcriado, que de la maldad; Dejando un vació en la mayoría de sus escenas, aunque claro está que el interés por conocer la infancia de este ser innombrable es lo más gratificante del asunto.
A final de cuentas está es una gran película que no nos permite olvidar el peligro que acecha al mundo de la magia. Y ahora hay que preparase para las dos futuras cintas que presentaran en pantalla el gran final de esta historia tan memorable.
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