Vampire: The Masquerade – Bloodhunt | Reseña

No sabía que había varios juegos del mismo título, y si todos son como el que me tocó reseñar, Bloodhunt, entonces no será una larga travesía la que tendré en la saga. Aquí mi reseña de este juego que me dejó tantas dudas, pero una sola certeza: no planeo seguir jugándolo a menos que nos llegue un DLC o algo para obligadamente volver a intentarlo.

BATTLE ROYALE

Pues creo que ya con eso les digo todo lo que deberían de saber sobre este juego que se desarrolla en un mapa bastante gótico lleno de pasadizos y plazas ciertamente grandes para desencadenar encuentros abiertos y hasta masivos -si es que se conectan muchas personas-, mapa que es sumamente oscuro por la iluminación y que además cuenta con muchos tejados entre los cuales moverse resulta un poco complicado por la poca luz, pero que ayuda a atacar a desprevenidos enemigos, o humanos que tendrán que morir a costa nuestra. Ganar en Vampire: The Masquerade – Bloodhunt no es tan complicado si estamos conscientes que los jugadores en línea generalmente son muy buenos, por lo que costará trabajo subir de nivel para desbloquear mejores armas, armaduras y poderes para usar a nuestro favor, pero toda vez que agarren la onda de este juego, será cuesta abajo la dificultad.

Bloodhunt cuenta con cuatro modos de juego aunque el tutorial no tiene sentido contarlo, donde uno se avienta solo, en parejas o en equipos al mapa para empezar las hostilidades, en todos debemos hacer lo mismo con la diferencia de que las posibilidades de accionar cambian, es decir que cuando vamos en escuadrones podremos revivir a nuestros amigos y obviamente hacerse mucho más fácil la matanza a los enemigos, sin embargo encontrar gente en el servidor puede ser algo complicado pues un poco más de 7000 usuarios registrados en PSNProfiles.com no aseguran que tengamos compañía a cualquier hora del día. En mi caso hubo ocasiones que a lo mucho en el Elysium habíamos dos personas o máximo tres deambulando y esperando a iniciar partida. El Elysium es la sala donde uno descansa y decide emprender la aventura en cualquier modalidad, también tendremos “misiones” de recuperar objetos dentro de esta especie de castillo, cambiar nuestro outfit, revisar los retos diarios y semanales, así como interactuar con los demás jugadores para ver si se hacen nuestros amigos de PlayStation Network y quizá hacer equipos más adelante. Nada fuera de lo común pero sirve para prepararnos por completo antes de salir a ser reventados, o reventar si ya tienen experiencia.

Una vez dentro del mapa habrá dos tipos de enemigos, los jugadores reales y los humanos, contra los primeros ya sabemos que hay que matarlos a fuerza o nos matarán, pero a eso voy en un momento, con los segundos es donde viene lo interesante. A los humanos que no harán mucho por defenderse, o más bien nada pues correrán despavoridos en caso de una amenaza, los podemos matar o chuparles la sangre, pues obvio somos vampiros, y esto de succionarles la vida sirve para diferentes campos de mejora, como más vidas en el juego, o mejoras en el combate cuerpo a cuerpo, slots para guardar más equipo, más precisión de disparo y cosas así, por lo que es recomendable chuparse a todos los humanos posibles.

Pero mi duda más grande vino a mi mente cuando al chuparle la sangre a más de 15 humanos en una partida, muchos de ellos mejorando mis vidas en el juego, quedé fuera de la misma cuando había consumido dos de mis vidas, ¿Qué no se supone que tenía ya tres? No entendí entonces bien las reglas o de plano morí más de la cuenta y no me enteré, lo cual dudo mucho que haya sido el caso, así que dejaré mis apuestas a que hubo una falla en el juego. ¿O debí jugar más? No lo creo, me hubiera convencido más de que no me iba a gustar mucho Vampire: The Masquerade – Bloodhunt.

Por la parte gráfica del juego no puedo señalar mucho más que gracias a la poca iluminación es que no pude observar tantos detalles, sin embargo los modelos de los humanos tanto como de los vampiros están bien hechos y no se les puede regatear tanto, sí parecieran que están realizados con templates de esos que se venden por paquetes en software de diseño 3D para videojuegos, por lo que no puedo darles una gran calificación, pues a leguas se notan que están hechos para reducir la mayor cantidad de información y no se sature el servidor. Los edificios están bien hechos pero con su paleta de colores grises y negros no es posible encontrar detalles más que los clásicos de las chimeneas, arcos, pilares y ventanas comunes y corrientes, todo muy bien en ese aspecto aunque al activar el sensor de detección todo se tornará complicado de distinguir, afortunadamente dura muy poco el efecto y no tendrán que sufrir tanto por esto.

Un vampiro que usa armas para matar es lo más raro que yo haya visto, no digo que esté mal, solo está raro pues uno esperaría otros métodos más vampirescos, como chupar la sangre al enemigo y así obtener una mutación más peligrosa y bizarra, o disparar veneno de alguna manera, encontrar algún poder de cambio físico, conseguir estacas o utilizar algún otro método, pero ¿pistolas? ¿metralletas? ¿bates con alambre de púas? ¿cuchillos? Sentí una decepción al ver que hicieron un Battle Royale pero nomás cambiando el concepto a vampiros. Y ya.

VEREDICTO

Con las posibilidades de utilizar varias clases de vampiros con características y ataques diferentes, más los reducidos tipos de juego, gráficos genéricos y un mapa relativamente grande y rico en obstáculos, agregando que los vampiros se matan entre ellos con armas comunes y no hay tanto espacio para hacerse con estos de los ataques realmente monstruosos y sangrientos, es que Vampire: The Masquerade – Bloodhunt es un título relativamente agradable y que podría cambiar poquito la tendencia de los Battle Royale sin llegar a ser un juego legendario o que marque una época. Por fortuna es gratis y solamente hay que pagar por atuendos y armas.

Vampire: The Masquerade – Bloodhunt está disponible para PC por medio de Steam, así como en PlayStation 5, de donde es la reseña.

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