“Enjoy your power” (Disfruta tu poder) es el eslogan de la –exitosa- campaña publicitaria que acompaña al videojuego más reciente de Sucker Punch, Infamous: Second Son. Además de ser el tercero de la saga, es el primero que se presenta en la PlayStation 4, y espero sea de verdad solo el primero.
¿Qué tiene de especial Infamous? Bueno, en los tres juegos, siempre controlamos a un personaje que tiene poderes un tanto espectaculares relacionados con electricidad y fuego, los cuales usa para contrarrestar a la fuerza policial que tiene a la población bajo su yugo. Siempre un mundo abierto infestado de estos agentes de la ley y uno que otro delito en curso que podemos evitar siempre y cuando queramos. En esta última entrega de Infamous, Seattle es el escenario, la DUP son los cuerpos policiales, y nuestra misión es salvar a una tribu amiga del poblado natal, a que les sean retiradas unas piedras incrustadas en el cuerpo, que fueron puestas ahí por la directora de la DUP, quien tiene los mismos poderes de los bioterroristas, así denominados por sus poderes. Una vez que un transporte policial lleno de estos personajes se voltea en la carretera, Delsin Rowe, nuestro héroe –o villano- se hace de estas capacidades por accidente.
Pero no vine a hacer una reseña. Vine a hablar exactamente de lo que dice el título de esta nota: ¡Es genial ser Delsin!
Para empezar la ciudad es muy grande, no lo más grande que he estado en un mundo abierto, pero sí es fácil perderse entre tantos distritos, que además están pegados unos con otros y no se nota gran diferencia. No hay demasiadas posibilidades para hacer más que buscar incansablemente a policías de la DUP, que están vestidos con unos trajes negros y amarillos, que fácilmente harían un excelente disfraz para los fanáticos de Acereros de Pittsburgh. Que conste que ya di la idea, ¡quiero el crédito!
Delsin Rowe es un tipo alto, joven y delgado. Básicamente un cuerpo que no todos envidiarían, pues carece de un físico imponente. Su ropa es pensada para demostrar que no comulga con ningún estilo actual, sino más bien del que hace mucho no vemos: gorro, chaleco de mezclilla, jeans y tenis tipo skater.
Por lo mismo que es joven, su emoción no la esconde: sus poderes más que una responsabilidad, son un deleite para él. Puede transportarse convertido en humo y cenizas para no ser perseguido con facilidad, y gracias a esta habilidad llamada “dash”, moverse dentro de los conductos de aire resulta mucho más que espectacular. Es en serio, no me canso de subir edificios altísimos (y no tanto) con esta utilidad que fue diseñada para ir a un lugar mucho más rápido, pero que cambia practicidad por emoción. Delsin lo sabe, y de tiempo en tiempo salir por la ventilación en la azotea le provoca gritar de emoción. Yo a veces lo hago, no grito, pero sí se me sale un “¡guuuau!”
Ok, no solo subir es cool: bajar puede serlo aún más. Mucho más. Para ese momento, dos habilidades ya han sido dominadas por Delsin, la de moverse de manera horizontal (dash) y el aterrizaje. Sí, el aterrizaje. El truco es sencillo: buscar un conducto de ventilación a nivel de piso los cuales pululan por la ciudad, transportarse en él, y al salir por el otro extremo, estaremos suspendidos en el aire a varios metros de altura, para aterrizar suavemente sobre el piso gracias a que nuestras manos funcionarán como propulsores. Es un efecto de moverse muy rápido a desacelerar casi por completo que se ve demasiado estético; impone y se ve soberbio, ¡guuuau! Y Delsin lo sabe, pues seguirá soltando expresiones de satisfacción. Yo lo sigo haciendo.
Para defenderse, pequeñas ráfagas de fuego saldrán de sus manos a una gran velocidad, que si bien no son muy letales, son suficientes para noquear a cualquier agente de la DUP, y si la frecuencia aumenta, entonces sí podrán perecer.
¿Pero para qué queremos un disparo a larga distancia si existe el cuerpo a cuerpo? Una cadena en la mano derecha de Delsin se carga de fuego y chispas, mismas que infligen un daño irreparable cuando se azotan contra cualquier objeto. No hay arma que supere la espectacularidad de ésta, simplemente la luminosidad es hermosa.
Seattle es una ciudad un tanto triste por el clima húmedo que la acompaña: lluvia la mayoría del tiempo, poco sol y muchas nubes. Entonces en un ambiente tan apagado, la luz que emerge de todos los poderes de Delsin, es aún más visible y asombrosa. Rojo, azul y amarillo son los colores que predominan en el juego y cada vez que los veamos significará que la emoción va por buen camino.
Pero Delsin no solo tiene ropa adecuada y poderes impresionantes. Tiene una actitud, la que cualquiera de nosotros tomaríamos cuando se nos hayan regalado estos dones. Él se sabe capaz de lograr lo que sea, e incluso es engreído, alzado en ocasiones y se siente por encima de los demás, sin embargo es nuestra decisión, y solo nuestra, la de llevarlo por el camino del bien o del mal.
Infamous: Second Son se convirtió en uno de los pocos juegos que no deseo terminar. Y por una buena razón: no quiero dejar de jugarlo por lo increíble que es a mis ojos. Los gráficos son excelentes, pero esa avalancha de poderes fantásticos son lo que le gana a todo lo que tiene que ofrecer, que va desde la música la cual es idónea, hasta el diseño de los controles, pasando por el sonido, las destrucciones, la inteligencia artificial y la dualidad entre el karma bueno y malo. Por todo lo visual de Infamous: Second Son, puedo decir que no me canso de disfrutar del poder y confirmo ¡que ser Delsin es demasiado cool!
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