Regresa Hugh Jackman en uno de los papeles que más lo ha caracterizado, la sexta película donde aparece uno de los más famosos personajes de Marvel.
Después de una, para muchos fallida X-Men Origins: Wolverine (2009), los fanáticos esperaban un regreso que reivindicara la historia de este popular mutante y luego de cuatro años, basándose del comic por Chris Claremont y Frank Miller (este último quien también llevara a cabo las novelas gráficas Sim City, 300 y entre otros), llega una nueva oportunidad bajo la dirección del experimentado James Mangold.
Mangold, famoso por cintas como Walk the Line, Girl Interrupted, 3:10 to Juma o Identity, muestra un balance entre el drama, suspenso y acción, detalles que marcan su nueva cinta, The Wolverine (Lobezno Inmortal) en su por decir, exploración en el mundo de las adaptaciones a comic o mejor dicho X-Men, sin embargo, siendo un trabajo tomado de una historia más introspectiva que “mutante” dicha película logra plasmar no la visión de un súper héroe, si no más de un ser humano con defectos y convicciones, un ser que por vez primera, puede tener el miedo a morir sin lograr proteger a quien lo necesite.
Después de varios trailers y previews uno ya se imagina por donde va la historia, son anuncios que bien podrían arruinar las sorpresas y para fortuna de muchos, algo que no sucede, pues en sí, no es lo espectacular de las escenas de acción y efectos visuales lo que invitan al espectador a la sala de cine, si no en realidad mirar a un personaje que durante el desarrollo, puede admitir que su gran tragedia, la inmortalidad, es la fortuna que le da significado a su vida.
The Wolverine es pues, no una de esas historias que últimamente hemos visto en la pantalla grande, aquí no se destruyen ciudades enteras, no vemos naves espaciales, ni extraterrestres que desean destruir el planeta, ni si quiera un villano que igualmente tiene como objetivo conquistar el mundo; aquí todo es a un nivel personal, Logan (Wolverine) tiene que vivir con los dolorosos recuerdos de una vida que al parecer no tiene final, dejando muchos seres queridos detrás, lo que más le atormenta es el asesinato que él mismo cometió contra uno de sus más grandes amores, Jean Grey (Famke Janssen), una tragedia que sin duda le ha marcado convirtiéndolo en un vagabundo que solo desea vivir apartado de la humanidad y alejado de los problemas.
Sin embargo como se muestra aquí, no solo imágenes del pasado le acechan, llegado el momento un viejo amigo recurre a él por una extraña petición disfrazada de ayuda, librar a Logan del sufrimiento, brindándole una vida normal como un ser mortal; la oportunidad de al fin tener una familia y dejar atrás el miedo a simplemente mirar como todo lo que le rodea muere con el paso de los años. Una oportunidad que nuestro personaje mira con desconfianza y que le pone en una situación difícil cuando observa que él es la máxima oportunidad que tiene Mariko, heredera del Clan Yashida y que la convertirá en la persona más poderosa de Japón, de ser rescatada de la Yakuza, una persecución donde conoceremos a un héroe vulnerable, que, además de luchar contra sus recuerdos, tendrá que soportar el dolor a las heridas físicas y el peligro a morir antes de cumplir esta peligrosa misión.
Una historia que además de estar basada del comic Wolverine aparecido en 1982, también toma personajes de la serie Uncanny X-Men como son Yukio (Rila Fukushima), Shingen Harada (Hiroyuki Sanada), Viper (Svetlana Khodchenkova) y la misma Mariko Yashida (Tao Okamoto), quien posteriormente (se nota un poco en la cinta) se convertirá en otro gran amor de Logan.
Hablando exclusivamente de la cinta, para los no conocedores del comic, es esta una refrescante visión del mundo de los súper héroes gracias a su historia más personal y humana, que aún contando con el tema del peligro, los villanos y algunos mutantes, se mantiene sencilla y sin tantas explosiones y destrucción, elementos que últimamente parecen tener todas las películas de este tipo, algo así como una competencia de “haber quien destruye más cosas” y con el máximo ruido posible.
Lejos de ser una mala noticia, las escenas de acción son muy buenas, sobresaliendo la pelea en el tren de alta velocidad, y entre otras (para no spoilear nada), la calidad de la fotografía es buena, igualmente que las actuaciones y el casting es justo para cada actor, resaltando como siempre la interpretación de Hugh Jackman como Wolverine, papel que le viene al dedo en esta, su ya sexta aparición, algo que dejará bastante difícil a cualquier otro que en el futuro se atreva interpretar.
Al final y en lo personal, una cinta mucho mejor que la pasada “Origins”, mejor trabajada y escrita, más seria (aunque con unos buenos momentos de comedia) y que prepara la butaca para la inminente X-Men: Days of the Future Past por Bryan Singer, así que, para aquellos que esperan una escena extra post créditos, están de buena suerte porque de hecho les aguarda una sorpresa.
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