Quentin Tarantino regresa con un spaghetti western inundado de violencia y un amplio reparto que incluye al Django original de 1966.
Casi tres horas en la historia de un esclavo libre que luego de convertirse en caza recompensas comienza la búsqueda de su esposa sin importar todos los peligros que tenga que atravesar. Una historia empapada por un baño de sangre.
Dirigida y escrita por Quentin Tarantino, famoso por su estilo narrativo y cintas como Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Jackie Brown, Kill Bill, Inglourious Basterds y sin olvidar Death Proof (segmento de Grindhouse cinta donde también participó Robert Rodríguez), Django Unchained toma el nombre de un personaje aparecido en el largometraje dirigido por el italiano Sergio Corbucci y estrenado en 1966, para colocarlo dentro de una historia original ubicada en Texas, tres años antes del comienzo de la Guerra Civil Americana; dicho esto es claro mencionar que la única semblanza entre estas dos películas es el nombre del protagonista.
Sin duda no hay cinta de Tarantino que no brille por su violencia visceral y los intrincados diálogos que llevan a esta, la actual es otro claro ejemplo de ello, un spaghetti western que hace honor a su estilo mostrando al espectador una gran lista de típicos clichés del “viejo oeste”, personajes que sin alguna moral entregan de un segundo a otro drásticos cambios de actitud los cuales arrastran una serie de escenas repletas de sangre, gritos y mal lenguaje, todo esto acompañado de un soundtrack en su mayoría compuesto por melodías originales y música de Richie Havens y la clásica “Ain´t No Grave” de Johnny Cash.
La fotografía, muy cuidada en sus tonos cálidos y sucios guarda a pesar de esto, una estética bien cuidada que decora con tonos brillantes ciertos elementos del film como son algunos interiores, atardeceres, campos y vestuario, dejando durante la historia texturas variadas que claramente impregnan de vida a esta historia de violencia, venganza y muerte.
Las actuaciones como es común en las cintas de Tarantino están bien cuidadas y entregan una tajante personalidad a cada uno de los personajes con sus muecas, tonos, movimientos y diálogos, sobresalen sin duda (a mi parecer) las participaciones de Samuel L. Jackson, Leonard DiCaprio, Don Johnson, por supuesto Cristoph Waltz, Jamie Foxx y la rápida intervención de Franco Nero, quien interpreto a Django en 1966.
Al final es una película que ningún fanático de Tarantino puede dejar escapar, igualmente para los amantes del cine western es otra cita segura y para un público general que guste de la acción, un poco de comedia y sobre todo los disparos, Django Unchained es un largometraje de esos que brindan un poco de descanso y originalidad en estos tiempos de héroes de cómic, efectos digitales al máximo y extraterrestres. Personalmente una de las mejores películas de Quentin Tarantino.
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