Una persecución mortal de una hora media llena de suspenso y mucha acción sin límite, y todo con una cuidada fotografía.
Nate es un padre que trata de recuperar a su familia llevándola a un día de campo para pasar un rato con ellos, sin embargo todo cambia cuando de pronto son perseguidos por una banda de criminales acusados de robo a un banco quienes por supuesto no se detendrán hasta escapar con el dinero.
Con las actuaciones de Jim Caviezel, Diora Baird, Harold Perrineau, James Frain y Sterling Knight, es una cinta que principalmente, al menos en los iniciales segundos, llama la atención con su cálida y muy cuidada fotografía llena de detalles y texturas que contrastan entre tonos urbanos y naturaleza, para luego dejar notar una serie de diálogos que solo sumergirán al espectador en una trama de suspenso donde un grupo de ladrones buscarán cualquier salida para escapar con el dinero robado. Esto es en pocas palabras, usando a una familia para mover el botín a través de los retenes policiacos en la autopista.
Y claro, todo se complica cuando dicha familia se percata de la trampa y el peligro que corre, acudiendo de esta forma con la policía, teniendo encuentros con los asaltantes y aún así, decidiendo seguir con aquel viaje de ensueño que los unirá como había sido en el pasado; antes claro, de que el padre hubiese perdido toda su confianza y estuviese alejado por algún largo tiempo.
Una historia simple pero bien trabajada y que no deja ningún segundo de tranquilidad al espectador, ya sea por sus momentos de tensión o por las escenas de acción que en mayoría se componen por persecuciones entre un muscle car y una camioneta entre autopistas, terrenos abiertos y caminos rurales dejando así un buen paseo entre caminos de concreto y tierra que llevarán a un desenlace de lucha y sangre.
En lo personal una película que los amantes de la acción y persecuciones no deberían dejar escapar. Una cinta que desde el puro cartel ya llama la atención.
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