Japón también tiene sus noches de eventos sobrenaturales, fantasmas y demonios captados en video… y otras cosas.
Quizá aprovechando el furor y horror que Paranormal Activity (y sus secuelas), han creado en base a sus manejos de cámara y estilo visual, aparece esta “secuela” que sucede luego de la primera entrega (línea de tiempo) pero que no va más allá en hablar de una historia y queda como un ejercicio, en vez de algo que intente expandir el universo creado por Oren Peli.
Escrita y dirigida por Toshikazu Nagae esta cinta de noventa minutos capta el sentimiento de suspenso que guardan las cintas en la que está basada, sin embargo falla enormemente en tratar de plasmar sobre una historia que tenga más que simples eventos fuera de lo normal.
Haruka Yamano ha regresado a Japón de San Diego, California, luego de un accidente está imposibilitada para caminar con libertad; es por esto que usando una silla de ruedas caen en cuidados de su hermano Koichi y de su padre (el cual prácticamente brilla por su ausencia) en una pequeña casa que como se habla posteriormente ha tenido algunas historias de espíritus, cosa que no se detalla en mejor forma.
Cuál es la sorpresa de los hermanos al descubrir que quizá haya en el hogar una fuerza sobrenatural que en su inicio, comienza a revelarse como pequeños eventos, algunos sonidos o alguna puerta que suavemente se abre sin explicación.
Decidido por esto, Koichi quien siempre tiene una cámara en mano, comienza a trabajar en un proyecto para descubrir a este fantasma y de esta forma encontrar “la fama” dejando a su hermana como un conejillo de indias donde detrás de ella descansa una cámara de forma continua, grabando en todo momento por las noches para así desvelar aquellos eventos que ya han comenzado a incrementarse no solo en número si no en violencia.
Simples sonidos, pasan a puertas que muy violentamente son azotadas, pisadas en las escaleras que de sonidos alarmantes dan a pensar que dicha presencia ronda por todos lados como si buscase algo o a alguien; luego, las pesadillas, Haruka comienza a tener malas noches llegando al extremo de sentir que la jalan y más tarde a presenciar que realmente lo que habita allí, es un ser o un demonio que busca hacerle daño.
Paranormal Activity 2: Tokyo Night tiene sus momentos, sin duda el suspenso se incrementa continuamente, siempre mostrando algo peor o más perturbador, sin embrago el desarrollo de la historia es tan mínimo que lo único que se sabe es que hay historias en la casa sobre espíritus, historias que el padre podría explicar (pero que nunca lo hace) y ambos hermanos solo se limitan primero a demostrar o descubrir que hay algo extraño, después a tratar de deshacerse de ello y finalmente… escapar.
Una historia bastante simple, que se basa en crear sustos al espectador, hablando de esto, la cinta no falla y deja una que otra muestra clara de horror, pero obviamente es algo aparte en la historia original. Una película que gustará por sus suspenso pero dejará frío a quienes busquen algo más allá que sonidos extraños y cámaras que graban eventos fura de lo común.
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