Un remake repleto de sangre y toques de comedia que trae de regreso a unos verdaderos vampiros.
Ok, antes que llegue la nueva cinta de la saga Crepúsculo y al menos para quienes esperamos ver vampiros que se comportan como vampiros, tenemos ahora el remake (si, lo digo de nuevo) de la cinta original estrenada en 1985, sin duda ya un clásico entre muchos y que a mi parecer tiene una buena y actualizada versión ahora protagonizada por Colin Farrell.
Una película que despide continuamente un sentimiento “ochentero”; dirigida en esta ocasión por Craig Gillespie (quien también trabajó en algunos episodios de la serie United States of Tara) trae una cinta de horror y suspenso, con varios y muy buenos toques de comedia, aires siniestros, momentos se podría decir cínicos y el ya por supuesto acompañamiento de “platillos gore” los cuales por cierto entregan unos vampiros realmente sádicos y por cierto bastante feos, de hecho casi tan horribles como los mostrados en 30 Days of Night.
La historia es bastante simple, Jerry (Colin Farrel) es el nuevo vecino de la calle, una persona que a primera vista y por muy poco tiempo, parece ser alguien educado y respetuoso, sin embargo a los ojos de Ed (Christopher Mintz-Plasse) y más tarde a los de Charley Brewster (Anton Yelchin) las sospechas comienzan a caer, cada día que pasa denota algo para sospechar sobre Jerry y su extraño comportamiento que a pesar de mostrar rasgos de educación, deja destellos de un cinismo burlón que obviamente esconde solo malas intenciones. Y claro, más tarde nos enteramos que en verdad es un vampiro que desea dejar seco el vecindario. Sí, un vampiro llamado “Jerry”.
Un punto fuerte es como la cinta entretiene en todo momento, los toques de comedia, horror y suspenso están bien logrados, los personajes son llamativos y las actuaciones (sobre todo la de Colin Farrell) son buenas y justo a lo que se necesita; estoy seguro tanto para un público nuevo como para quienes conocen la versión original, esta es una película de las que se podría decir han llegado a ser buenos remakes; hablando de esto debo mencionar que hay diferencias con algunos personajes y otras para “actualizar la historia”.
En lo personal Fright Night (Noche de miedo), de una hora y media de duración y también con las actuaciones de Toni Collette, David Tennant e Imogen Poots, entrega un sano y llamativo entretenimiento con sabor ochentero, uno donde los vampiros son vampiros, que actúan como tales y se les aniquila como tales, son sangrientos, horribles, brutales y no brillan al sol ¿es eso un buen punto no?
Y por cierto, estoy seguro que a los amantes del 3D les encantará como las sangre continuamente salpica la pantalla.
Compartir en: