La sangre escurrirá y las almas se perderán dentro de un limbo donde la helada muerte no podrá entrar jamás.
Vertigo comics publica el primer número de dos historias originales por dos escritores diferentes, Scott Snyder y el maestro del terror Stephen King quienes inician un desarrollo de cinco partes junto al ilustrador Rafael Albuquerque (Fear Agent, Tales of Fear Agent)
Aún pensando que de pronto estos seres han sido bastante explotados y que empiezo a creer que no necesito ver más de ellos, e de admitir que cuando el trabajo es bueno, nunca es suficiente. Este es el caso de American Vampire, un cómic que desde la portada ya es algo memorable gracias al arte de Rafael Albuquerque, y qué decir de Stephen King, quien presenta aquí una historia totalmente original, una que casi tiene el sello de “calidad total o la devolución de su dinero”
Scott Snyder comienza con “Big Break” un viaje a lo macabro y tétrico que cuenta sobre las aventuras (o desventuras) de dos chicas en la década de los veinte, una época en la que intentan abrirse paso entre las atrincheradas oportunidades del mundo del cine donde estas esperan en mayoría a quienes tienen conexiones importantes y alguna disposición; este es el caso de Hattie Pearl una chica que pasa sus días en varios trabajos para pagar la renta y olvidando dormir, mientras sigue en pie a la caza de su mayor sueño: ser una diva, una estrella a quien todo el mundo recuerde. Lo malo, que está a punto de encontrar lo que tanto busca cuando es invitada a una fiesta donde podrá conocer a uno de los productores más importantes, el Sr. Bd. Bloch.
La historia, conociendo el tema que trata, es tétrica en todo momento y convierte al lector en un testigo que presiente el doble filo que vive este “ingenuo” personaje, que sin duda sabe transmitir cierta preocupación con forme las páginas van pasando como una espiral que lentamente se cierra y se oscurece, a tal grado que uno puede comenzar a sospechar de cada mirada y diálogo escrito (en mi opinión una buena señal)
Viajando más atrás en el tiempo, Stephen King nos traslada a una América en mil ochocientos. Una época donde los forajidos del viejo oeste son el pan de cada día. Títulada como “Bad Blood” esta es, desde el comienzo una cuenta regresiva a algo inminente y catastrófico.
El caza recompensas James Book ha capturado a uno de los hombres más buscados y peligrosos, Skinner Sweet, alguien que toma la vida como un juego para convertirla en caos y muerte a donde quiera que se presente. Juntos viajan en tren a un destino incierto pues las miradas y la burlona voz de Skinner plasman que sabe algo que le permitirá escapar de la ley una vez más.
Sin duda Bad Blood es el punto fuerte del cómic, el postre que cumple memorablemente lo que uno habrá de pensar de American Vampire al final. La historia está llena de diálogos muy bien escritos y directos, bromas y miradas esquivas y personajes que intentan mantener el control de algo que simplemente no lo puede tener. Es una lucha por poner orden al caos, una donde Skinner Sweet (una especie de antihéroe) nos mostrará como las cosas pueden cambiar de bien a horriblemente mal dependiendo del lado con que se mire. O del lado en que este uno.
En lo personal encuentro sumamente recomendable American Vampire, un cómic que solo se puede describir en conjunto, pues tanto escritores como ilustrador presentan tal calidad que ambos elevan el valor artístico de dichas historias. Historias que cuentan los inicios del vampirismo en América, historias que de buena forma narran sobre unos seres que pueden distar mucho de ser “hermosos, perfectos, o distinguidos” si no más bien peligrosos, con doble intención y bastante tétricos, aún cuando no se muestren tal y como son en verdad. Américan Vampire es algo lleno de misterios y peligros para quien sin precaución, se aventure dentro de sus páginas.
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