Sorpresivamente una película que rompe positivamente las expectativas de cualquier espectador que acepte el riesgo.
Hace algunos meses cuando salió en línea el tráiler de Push, simplemente limitó mi opinión a “Otro Jumper, plagio de Héroes hecho película” (refiriéndome a la serie de Tim Kring por FOX), peor aún cuando llego a México con el título de Héroes, ya era esto más que una calamidad, era algo tan vil y bajo hasta donde solo la publicidad engañosa y corriente puede llegar. Ese día no creí que me atrevería a dañar mis ojos con dicha porquería.
Sin embargo la curiosidad me arrastró hasta dicha creación, porque el trabajo del director Paul McGuigan me había gustado anteriormente en la cinta “Gangster number 1”, porque tenía muchísima curiosidad por saber si Push sería otra película donde Dakota Fanning se la pasa gritando, porque “la antorcha humana” tiene carisma y obviamente para degustarme con la bella presencia de Camilla Bell. El resto lo pensé únicamente como ir a McDonalds.
Pero mi opinión comenzó a transformarse a los pocos minutos del inicio de la cinta, no sé si porque mis expectativas eran casi nulas. Simplemente me fui sorprendiendo con cada detalle, comenzando por el hecho de que la justificación de poderes y persecución es mucho más creíble y madura que en la serie de tv “Héroes”, pues no se basan en la magia de un eclipse y los personajes no declaran a cada cinco minutos “Tengo que salvar al mundo”. De hecho la historia aunque no totalmente original, es interesante y el desarrollo mantiene adivinando y a la expectativa de lo que sucederá hasta el final, el cual por su parte es bastante placentero, dejando algunas incógnitas y planteamientos abiertos para una secuela.
Además, mientras que en muchas otras películas parecen enfocar la atención en los poderes, creando situaciones ridículas sin sustento, en Push estas manifestaciones se realizan con naturalidad y se mantienen en segundo plano, manteniendo el interés en la historia durante todo momento.
Los personajes por su parte, tienen una presencia tridimensional y consiguen que sin importar que aparezcan realizando escenas de acción, estados de ebriedad, enojo, miedo o pasión; sean creíbles, lo cual es bastante difícil cuando el espectador está acostumbrado a ver películas donde los héroes o villanos son simplemente perfectos para los golpes y nada más.
Por si fuera poco, el apartado artístico y visual de la cinta es extraordinario y refrescante. A estas alturas me encuentro sinceramente harto por el declarado “realismo” que abunda en videojuegos y películas, donde creen que para que algo luzca más serio y real, simplemente hay que ahogar en blur y eliminar el color; Dejar todo en grises, ocres, azules o verdes… Gears of war, Dark Sector, Death Race, Matrix, Gamer, etc. En Push al contrario, nos encontramos con una historia desarrollada en China, un país que resalta en cada escena y toma de la película, llenando cada espacio de la pantalla con texturas y colores brillantes, saturados y contrastantes.
Lo anterior, junto al manejo de cámara similar al del cine independiente o documental (en buena parte), que juega con los ángulos y efectos para comunicar más de lo evidente (“Thundercats oh!” no lo pude evitar) e incluso añadir un detalle casero o experimental a la cinta. Y la reproducción de una lista musical adecuada y sencilla, tan solo para acompañar cada momento. Resalta finalmente el interés por lograr algo memorable, que dudo se repita en un buen rato.
Puede que muchos aún piensen que Push es solo una copia cinematográfica de Héroes, una segunda vuelta para el fracaso que significo Jumper, o un intento por participar en el cine de superhéroes. Pero es mucho más que eso, es una cinta que no te arrepentirás de haber visto al día siguiente y conseguirá que esperes por una continuación.
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