Levante la mano el que extrañe Commandos, pues esos que les da nostalgia aquel juego de estrategia militar y táctica verdadera, definitivamente tienen que echarse un clavado a 63 Days, un juego inspirado en el famoso Levantamiento de Varsovia en 1944 en contra de la Alemania Nazi de la Segunda Guerra Mundial, así que, si gustan ser parte de la historia, es momento de seguir leyendo.
63 Days es un juego en vista isométrica pero que tiene la gran ventaja de poder acercarnos y girar sobre escenarios increíblemente bien logrados y que más realistas no pudieran ser. El primer punto en nuestras reseñas jamás son los gráficos porque no deberían de ser tan importantes, pero cuando vemos esta calidad visual definitivamente no podemos pasarla por alto. 63 Days es un logro estético pues tanto los modelos, personajes y sobre todo los escenarios rayan en lo perfecto, no me cabe duda que es una de las mejores direcciones de arte que hemos visto en este año, pues dejando de lado el realismo, son los detalles de los efectos, más los objetos regados en el mapa para darle mayor dificultad a los movimientos, lo que hace una delicia para la pupila. De verdad y lo repito, un logro. Por favor párense todos para aplaudirles, usted también señor gruñón.
Por otro lado también tenemos la jugabilidad del mismo la cual cabe destacar no es nada sencilla y mucho menos es rápida, como buen juego de estrategia se concentra mucho en la acción que debemos realizar, es decir que movernos a cualquier lugar será cuestión de dar dos o tres órdenes, pero al querer realizar acciones tan comunes como disparar, esconderse, subir una cerca o atacar por detrás a un enemigo, aquí es donde todo se complica pues deberemos hacer el acercamiento correcto al objetivo para activar los menús correspondientes a las posibilidades, no nomás es llegar y apuntar y disparar, o acercarnos y apretar un botón para clavar un cuchillo o desmayar a alguien, hay que saber bien cómo y cuándo para que nos obedezca el personaje. Otra cuestión a notar es que los personajes pueden ser seleccionados para realizar actividades diferentes, por lo que estaremos pensando como dos cerebros con el fin de completar la misión usando a ambos pues siempre será necesario trabajar en equipo, tanto el dúo dinámico como con los demás soldados a nuestro cargo. Se sentirán más o menos como en Inglorious Basterds de Tarantino. Nomás que sin el oso y el bate de béisbol.
En conjunto con los controles que no son fáciles pero sí muy específicos y bien mapeados, están las misiones que por supuesto requieren de muchísimo cuidado para planearlas, de inicio el entrenamiento no es para nada un paseo por el bosque –aunque así inicia-, y evidentemente no podemos avanzar sin acabarla primero. De ahí en fuera algunas se complican y otras no requieren mucha destreza, pero en todas les recomiendo analizar bien para evitar morir y perder el avance, pues un metro que sea, ya es algo en este juego bien diseñado para no ganar tan a la ligera, debemos sufrirle y hasta llorar un poco en su cama por no lograr el cometido.
VEREDICTO
No hay manera de no sufrir en este juego, pero las recompensas de terminar cada misión y sentirse satisfecho son mayores a la frustración provocada por fracasar. Aquí se trata de planear, analizar, observar, leer movimientos y aprenderse también los controles que puedan sacarnos de un apuro, pues no queremos ser vistos cuando los soldados enemigos están armados y dispuestos a acabar con los intrusos, situación no ajena a lo que eran en realidad los caudillos del partido nazi. La única duda que me resta es si en ciertas partes del mundo cancelarán el juego por la gran cantidad de esvásticas mostradas en el juego. Esperemos que no.
Este gran producto de Destructive Creations ya está disponible en PlayStation 4 y 5, Microsoft Windows, Xbox Series X|S y Xbox One.
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