The Walking Dead: Pretty much dead already.
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Glen Mazzara productor de series como The Shield da seguimiento y finaliza la primera parte de la segunda temporada.

El mundo sigue en caos, los caminantes deambulan por todas partes en busca de alimento, de víctimas desprevenidas que por un segundo encuentran su muerte. Ahora el grupo de personas que ya todos conocemos residen en una granja mientras buscan a una niña desaparecida ya por varios días.

El drama sigue, para algunos una “telenovela” donde los zombis están a parte, para otros una serie bastante intrigante llena de momentos y personajes complejos que, a mi forma de ver, alimentan una historia que bien podría ser de “corre y corre del zombi loco” en fin, que el final de la primera parte de la segunda temporada es y cierra con la insistente búsqueda de una niña desaparecida. Además, también conocemos mejor a los sobrevivientes de aquel mundo lleno de muertos caminantes.

Sin duda el desarrollo en cuanto a personalidades se ha dado, todos con buenas intenciones, o al menos la necesidad de vivir un día más, han convertido que las oportunidades toquen a “la puerta de casa” todo para transformar un simple diálogo, una mirada en algo peligroso y que hacen una diferencia cada vez más notoria entre los diferentes “líderes” en potencia de un grupo que en cualquier instante puede verse reducido.

Rick Grimes ha conseguido ver la salvación de su hijo, es alguien que no escogió el liderazgo y al que las personas siguen por el simple hecho de tener buenas intenciones, ser alguien idealista que cree en un mundo mejor y que guarda para sí todas las dudas y los temores sobre el quebrantar la promesa para con su familia, esto es, hacerles ver que todo mejorará y que existe la esperanza.

Shane Walsh por otro lado es el mejor amigo de Rick, alguien que como vimos se encargó de su mujer (en el buen sentido) cuando creyó que había muerto, pero a gran diferencia, él es un personaje trágico que simplemente y de una forma muy fría, cumplirá todo lo necesario para sobrevivir día adía, sin esperar que el mundo mejore o que sus compañeros le miren con buenos ojos; es alguien sumamente directo que hace lo que debe hacer para cumplir su deber, el cual por supuesto es seguir cuidando de quienes le importan, aún si esto conlleve traicionar a otros, asesinar o comportarse violento para tomar el control de una situación alarmante.

Otro de los personajes que ha tenido un desarrollo significativo es Andrea, la chica que al final de la primera temporada no le importaba morir calcinada y que escapo de la muerte gracias a su amigo Dale (el quizá demasiado sobreprotector), ahora ella ha comprendido y asimilado en lo que se ha convertido el mundo, todo gracias a la influencia de Shane, lo cual por supuesto puede ser o positivo o muy negativo, en lo personal creo que incluso puede llegar a ser más peligrosa que Walsh.

Estos son solo tres ejemplos de personajes que han crecido de alguna forma dentro de la historia, pero no son los únicos pues cada capítulo guarda una atención precisa y una narrativa que hace justicia a los distintos aspectos que guarda la serie, el cual por supuesto es el sentimiento de humanidad y de seguir viviendo bajo las viejas reglas de la civilización, una que por ejemplo a los ojos de Shane y seguramente Andrea ha dejado de existir.

Sin hablar de “spoilers” esta primera parte de la segunda temporada logra construir un ambiente tenso debido al choque de los distintos puntos de vista que a pesar de todos guardar las mejores intenciones, bueno, es como dicen: “no hagas nada bueno que parezca malo” ahora la incógnita es que mantendrá al grupo con vida, ¿la violencia en un mundo violento? O las esperanzas y mejores intenciones. Sin duda Walking Dead ha sido una buena sorpresa en la televisión, una serie con zombis que habla más que de zombis.

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