P1: Anchor Light | Reseña

P1: Anchor Light es uno de esos juegos que llegan sin mucha promoción pero que cuando los prueban, entienden que más fans del suspenso y el horror deberían de probarlo. Deadbolt Interactive logra construir un tipo de horror que no depende del sobresalto fácil, sino de algo mucho más incómodo, obligar a mirar demasiado tiempo un mismo lugar, a memorizarlo, y a dudar de su propia percepción.

El juego nos brinda un punto de partida sencillo pero efectivo, un faro lujoso, lleno de detalles art déco, funciona como escenario de un ciclo ascendente donde cada piso es más extraño que el anterior. La estética recuerda inevitablemente al siempre amado BioShock, pero aquí no hay acción ni poderes especiales, solo el espacio, el silencio y sus ojos intentando descifrar qué ha cambiado.

Cada piso los enfrenta a la misma sala decorada con muebles elegantes, esculturas inquietantes y pósters de propaganda retro, y su tarea consiste en recorrer ese lugar como si fuera un examen de observación y darse cuenta de cualquier milimétrica diferencia. Si no ven nada raro, cruzan una puerta verde; si notan una anomalía, van por la roja. Y pues fallar significa morir, y el juego no tiene piedad.

Uno de los puntos más fuertes de P1: Anchor Light es la variedad y creatividad de las anomalías; algunas son casi imperceptibles, por ejemplo un cambio mínimo de iluminación, o un objeto desplazado por milímetros, mientras que otras son grotescas, incómodas o incluso absurdas. Esa mezcla, entre lo perturbador y lo ligeramente cómico, mantiene cada intento fresco y evita que el juego se sienta repetitivo. A esto se suma la presencia de entidades que parecen querer ser escuchadas, y que no necesariamente atacan de inmediato; a veces solo susurran, acechan o transforman el espacio de maneras tan sutiles que cuestionan si realmente pasó algo o si fue su imaginación.

Si quieren una profundidad narrativa, el juego la ofrece a su manera, pues está fragmentada, es misteriosa y escondida en disquetes repartidos por el faro, un método inteligente para que exploren las zonas secundarias y sientan que cada piso tiene historia propia. Estos pequeños pedazos de pasado terminan construyendo una imagen inquietante de lo ocurrido en el faro sin decir nada explícito, lo cual es bastante inmersivo e interesante al final. Después de entender las reglas, el juego invita a probar dificultades más altas donde cada anomalía es más sutil y la oscuridad más agresiva. “Nightmare” convierte el faro en un infierno visual para quienes pensaban que ya dominaban cada rincón, y también hay tablas de clasificación y un modo infinito para los que disfrutan sufrir una y otra vez.

P1: Anchor Light es una experiencia original para los amantes del horror psicológico y los juegos de observación extrema. No es un título que les grite en la cara; obliga a ser atentos, pacientes y silenciosos. Juega con los sentidos, con su memoria y, sobre todo, con ese miedo primordial a equivocarse cuando saben que algo invisible está esperando que fallen.

Si les gustan los juegos que les hagan dudar de lo que ven, que conviertan objetos cotidianos en amenazas sutiles y que usen el silencio como arma, este faro sin duda merece su visita. P1: Anchor Light está disponible por medio de Steam en PC, PS5 y en Xbox Series X|S.

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