
Gracias a Xbox Game Pass es que todos los suscriptores podremos jugar esta remake bien hecha del original Ninja Gaiden 2 que saliera en Xbox 360 allá en el lejano 2008, y que causara tanto revuelo por ser uno de los juegos difíciles por excelencia, yo incluso recuerdo haber jugado el primero de la serie y desistir a los cinco primeros minutos, pero ya después regresé a sufrir, porque me gusta sufrir claro que sí.
El juego no es un simple port al que se le hayan mejorado las texturas y ya, se nota claramente que los modelos fueron mejorados en la cantidad de polígonos, los efectos especiales recibieron un empujón de calidad tremendo pues verán las luces y chispas con asombro –todo siempre comparándolo con el anterior juego-, la sangre que brota de los enemigos y del protagonista también luce hermosa aunque no burbujeante, pero no importa, el gore es parte de este juego y no nos estamos quejando ni de chiste. Los escenarios se ven más realistas en definitiva y gracias a su considerable tamaño y objetos, las peleas se realizan en corto, para que no intenten correr a otro lado para descansar, aquí todo es vertiginoso.
Y es precisamente de lo que quiero hablar un poquito, las peleas. Dichas son constantes pues el juego no nos deja descansar mucho que digamos, en realidad correremos unos tres a cinco segundos a lo mucho cuando ya estaremos en un lugar donde los ninjas se nos lanzarán por grupos considerables, y pelear contra ellos no es lo más sencillo del mundo a pesar de estar en la dificultad menor y esto se debe a que son montoneros y no es suficiente cortarles las extremidades, hay que matarlos bien muertos, cortarles la cabeza o de plano darle una media docena de embistes con nuestra arma para que no vuelvan a pararse. Pero es gracias a la diversidad de los atacantes que esto se pone bueno, porque obviamente no solo son ninjas con espadas, hay de los que lanzan cuchillas, de los que vuelan, los que traen cuchillas tipo Wolverine, báculos y obvio los jefes de nivel que son otro cantar, aquí es donde se pone uno a prueba y Ninja Gaiden 2 Black hace referencia a eso de ser juegos verdaderamente complicados.

Nunca fue un tremendo aficionado a la serie de Ninja Gaiden, pero sí me gustaban, ahora con esta remake puedo sentir que debería dedicarle más horas de juego a pesar de que en su modo más fácil no es tan complicado como uno creería, de hecho se convierte en un hack-n-slash genérico que podría dar pie a comentarios clásicos del tipo “no se siente como un verdadero Ninja Gaiden”, y es que no se siente en el modo fácil, pero si lo de ustedes es sufrir y el reto, sin problemas pueden subir la dificultad y ahora sí sentir que la virgen les habla.
Una de las grandes prestaciones con que esté en Xbox Game Pass es que en efecto ya podemos hacer de este un juego portátil, pues sí se puede jugar en un celular con sistema operativo Android, y si le conectan su control vía Bluetooth ya la hicieron en grande, nomás usen WiFi, no se acaben sus datos por favor. En mi caso lo jugué desde una MacBook Pro M1 y una conexión de 30 Mbps, lo que hizo el juego bastante suave, todo corrió a pedir de boca y nunca tuve lag ni mucho menos caídas de FPS o baja calidad gráfica, todo hermoso, todo bello y primoroso.

VEREDICTO
¿Qué si vale la pena jugarlo? Si ya son poseedores de un Game Pass de Xbox definitivamente lo es, la cantidad de tiempo que le quieran dedicar será perfecta porque el juego es vertiginoso, es rápido, fluido y no deja de aventarnos enemigos para pelear por todos lados, así que no se aburrirán, al contrario, pedirán esquina después de unos minutos porque los combates son tantos que a veces los dedos querrán un descansito. Gráficamente gracias al Unreal Engine 5 luce genial pues no estamos hablando de un port cualquiera, de verdad le metieron horas-hombre a esta propuesta para ir abriendo apetito para el Ninja Gaiden 4. Oh. My. God.
Ninja Gaiden 2 Black está también disponible en PC (Steam, Microsoft Store), Xbox Series X|S y PS5.

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