Demonschool es un RPG táctico con un toque de humor que se toma muy en serio lo de mezclar acción, estrategia y personajes extraños. En esta aventura por turnos tomamos el papel de Faye, una cazadora de demonios que se encuentra atrapada en una isla universitaria donde los portales demoníacos empiezan a abrirse por todas partes. Junto con un grupo de compañeros igualmente excéntricos, la misión será detener el apocalipsis, aunque de una manera mucho menos sombría de lo que uno podría esperar.
La base de Demonschool es la estrategia táctica; en los combates nuestros personajes se mueven en una cuadrícula, podemos “rebobinar” las acciones en la fase de planificación, lo que da bastante libertad para probar combinaciones de ataques, colocar a los personajes en posiciones clave y armar combos letales, y a medida que avanzamos, los enemigos se hacen más variados, aunque al principio la repetición de batallas y la limitación de habilidades hace que el combate sea un poco monótono. Sin embargo, lo interesante es que Demonschool permite gestionar las batallas a nuestra manera, si hay un buen plan, podemos barrer con los demonios en pocos turnos, pero (gracias a la IA) si no cuidamos bien nuestros pasos, lo más probable es que nuestro grupo termine siendo derrotado. Aunque el combate puede volverse algo repetitivo, las mecánicas de rebobinar y planificar dan un toque de desafío, sobre todo en los jefes, donde la estrategia sí importa bastante.
Detrás de las clásicas mecánicas de juego, lo que realmente distingue a Demonschool es su guion y personajes. A pesar de que la trama trata sobre evitar el fin del mundo, el tono es ligero y por momentos, completamente absurdo. Los personajes, todos estudiantes con sus propios problemas y motivaciones, se enfrentan a las amenazas demoníacas con una mezcla de indiferencia y humor. Faye, la protagonista, está completamente obsesionada con los demonios, y recluta a todo el que pueda para ayudarla a cerrar los portales demoníacos. El humor del juego es otro de sus puntos más fuertes, ya que presenta diálogos rápidos, divertidos y llenos de referencias raras, lo que brinda un tono fresco y único a la aventura. A medida que avanzamos, vamos formando relaciones con otros personajes, las cuales se vuelven más profundas conforme aumentamos la afinidad con ellos. Sin embargo este sistema de relaciones es un poco superficial, ya que podemos “maxear” la afinidad rápidamente con minijuegos como karaoke o cocina, lo cual quita algo de impacto a la mecánica; cabe decir que estas actividades no solo son una distracción, sino que también sirven para fortalecer las relaciones con los compañeros de equipo y mejorar el rendimiento en combate.
Hablando del escenario de Demonschool, se trata de una isla llamada Hemsk y donde todo el caos tiene lugar. Aunque la isla se siente algo limitada (solo podemos explorar áreas específicas en el mapa) la sensación de progresión es clara, ya que las interacciones con los NPCs y las misiones secundarias cambian a medida que avanzamos en la historia; muchas de estas misiones giran en torno a los combates, pero siempre hay algo nuevo que descubrir, como eventos que modifican el entorno, o cambios en las interacciones de los personajes. El juego también da libertad para hacer cosas fuera del combate, como cocinar, pescar o hasta cantar karaoke en un minijuego de ritmo (como ya dije).
Gráficamente Demonschool tiene una estética de pixel art que es aunque simple, sin duda está llena de personalidad. Los personajes y demonios están diseñados de manera muy llamativa y cuidada, y aunque el juego no tiene animaciones muy complejas, las ilustraciones a mano y los modelos 3D de los jefes dan un toque único que resalta el tema sobrenatural. La música es otro de los aspectos destacados, con una banda sonora ambiental que va desde lo etéreo y melancólico hasta lo misterioso, creando la atmósfera perfecta para una historia que es tanto aterradora como cómica. Por decirlo de alguna forma, Demonschool recuerda un poco en su narrativa a esos shows de TV de antaño.
En resumen, Demonschool es un RPG táctico con una propuesta fresca que seguramente atraerá a los fans de los combates por turnos y de las historias sobrenaturales. El sistema de combate es interesante, aunque algo repetitivo al principio, y la historia es un buen equilibrio entre lo absurdo y lo emocionante. También los personajes son bastante llamativos y su humor es una de las mayores razones por las que seguramente seguirán jugando. Sin embargo, el sistema de progresión es un poco básico y, si bien las interacciones sociales son divertidas, podrían haberse aprovechado mejor para profundizar más en los vínculos entre los personajes.
Si son fan de los RPGs tácticos con un enfoque en el humor y no les importa un poco de repetición en las batallas, Demonschool ofrece una experiencia divertida y única. A pesar de sus defectos, el juego logra capturar la atención por su atmósfera, sus personajes y su historia excéntrica, convirtiéndolo en una propuesta que bien vale la pena probar. El título se encuentra disponible en PC (Steam, Epic Games Store). Switch, Xbox One, Xbox Series X|S, PS4 y PS5.











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