Broken Lines | Reseña

Cuando un videojuego que está bien hecho en lo gráfico depende tanto de sus controles para dar el paso en la dirección correcta, sabes que algo está mal. Eso es precisamente lo que destrona cualquier posibilidad de que Broken Lines sea un gran juego a solo uno de guerra por turnos que no ofrece más que una historia alternativa a la Segunda Guerra Mundial, y gráficos medianamente agradables.

La reseña fue realizada en PlayStation 5, por lo que cualquier opinión hecha por los usuarios de Steam -la cual es muy favorable- pierde completo valor toda vez que el juego no es compatible con mouse ni teclado, al menos hasta la manufactura de la presente reseña. Entonces chutarse un tutorial con decenas de textos y miles de palabras explicando información que puede ser mucho más resumida, termina siendo una monserga para obtener uno de los primeros trofeos que viene acompañado del conocimiento para atacar este videojuego.

Broken Lines, del desarrollador PortaPlay y el editor Blowfish Studios, es un título de estrategia militar que saliera en febrero del 2020 para Steam y hace su salida en consolas toda vez que se haya porteado de manera correcta, que al parecer sí fue así pero carece de un control realmente intuitivo y fácil de usar, son quizá el uso de tantos gatillos y botones lo que no permite disfrutar el juego de manera rápida y concisa, y se concentra mucho en movimientos disparados por otras secuencias de botones que tardé en entender, quizá por mi pereza para leer la enorme cantidad de textos, o por la mala explicación de los mismos. Cuando ya por fin medio se entiende, el tutorial pasa a situaciones extraordinarias que permitirán planear los turnos pero no de manera tan apegada a lo que ya encontraríamos en el juego, pero sirve para los que son minuciosos a la hora de crear un plan de ataque.

Gráficamente Broken Lines está bien diseñado manteniendo una paleta de colores apegada a los verdes militares, cafés de la arena, con algunos rojos en la parte de las explosiones y el peligro inminente, pero es gracias a la carencia de efectos especiales realmente sorprendentes, que Broken Lines se mantiene como un juego con buen diseño pero a secas, nada que impacte visualmente ni que se tenga algún riesgo de quedarse con la boca abierta. Lo asombroso no es el pan de cada día de Broken Lines, no sé si por desgracia o no ya que mi apuesta nunca estuvo con este título.

La programación es sin duda uno de los fuertes, porque a pesar de que las combinaciones de botones sean un tanto confusas, no encontré fallas en el rendimiento del juego, pero repito, fue quizá tanta faramalla para realizar alguna acción que se podría mal interpretar en errores o bugs del juego, los cuales solamente podrían presentarse en la parte visual y por momentos, tal vez esto se deba a que la producción no contó con un presupuesto sumamente elevado, pues a leguas se nota que es un juego independiente y con recursos limitados, hecho que le vale una buena opinión a los desarrolladores por semejante hazaña, ya que Broken Lines no se ve como un juego mal hecho ni a medias, solo me siento obligado a decir que no fue el mejor planeado en cuanto a sus controles.

Broken Lines cuenta con un apartado de audio y música que cumple con los requisitos necesarios para poner el ambiente adecuado para la época en que está inspirado el juego, no puedo quejarme ni hacer una nota mala en este departamento a pesar de que sí es adecuado pero tampoco toca los terrenos de lo portentoso. Cumple bien y cumple con lo suficiente, aunque pudieron haber puesto poco más de empeño.

VEREDICTO

Broken Lines cuenta con varias misiones y posibilidades de acrecentar la experiencia que de por sí inicia con tropezones, pero conforme vamos avanzando encontraremos que el producto final como un todo no puede ser mal calificado pues aporta todo lo necesario para ser considerado como interesante, más nunca se prolonga su viaje al ámbito de lo inverosímil ni con tintes de “Juego Indie del Año”. Se mantendrá para mi como un producto digno de probar y que debiera ayudar a los desarrolladores a erigir proyectos mucho más ambiciosos quizá no enfocados a esta obra.

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