La Bella y la Bestia | Crítica

“No pienses como si ya hubieras visto la película animada”, el mejor consejo que me dio un amigo antes de verla y por supuesto será el mantra usado durante esta crítica, olvidemos por completo todo lo que sabemos de la original, ya al final habrá un pequeño apartado comparativo para aquellos insistentes en platicar de eso.

ALZHEIMER

Disney nos trae La Bella y la Bestia, una historia que ya se había contado en 1991 pero en versión animada la cual no hemos podido aún ver -guiño, guiño-. Este relato nos muestra la vida de Bella (Emma Watson, diosa de 9GAG), una hermosísima chica citadina atrapada en un pueblo llamado Villeneuve que vive con su padre Maurice (Kevin Kline), un relojero ya viejo y cansado. Bella lo único que busca es escapar de la pequeña villa mediante la lectura de todos los libros que pueda devorarse, mientras Gastón (Luke Evans) junto a su fiel escudero Lefou (Josh Gad), intenta atrapar la atención de la protagonista para desposarla, y todo haciendo uso de su nefasto y patán encanto.

Un accidentado viaje a París por parte de Maurice, lo orilla a entrar a un oscuro castillo donde los objetos tienen vida y personalidad, pero el verdadero terror reside en una enorme y horrible bestia (Dan Stevens) que mora en el hechizado lugar, por obra de una bruja. Como es normal, Bella sale en búsqueda de su padre, pero termina conociendo a su verdadero destino.

Hablemos de las actuaciones, y a pesar de ser poco el tiempo en pantalla de los humanos, es suficiente para aplaudir enormemente a Josh Gad con una interpretación del tamaño de la sala, simplemente se entrega y come a puños el papel de Lefou y no lo suelta por ningún motivo. Es quizá el mejor humano durante toda la proyección. A él le sigue por unos cuantos pasos el atinado Luke Evans, quien nos proporciona un trabajo genial que se complementa por su pesadez y físico que va con Gastón.

El resto de humanos no merecen muchas líneas pues tanto puede que sean fugaces sus apariciones, o sean deslucidas, medios pobres o simplemente decentes. Efectivamente, a Emma Watson la estoy enfrascando en este grupo, pues si no es por los primeros musicales, la expresividad en su rostro va de cero a dos cuando mucho, dejando sentimientos ahogados en la sonrisa y en los ojos durante escenas que un servidor se emocionó más que cualquiera en pantalla. Kevin Kline puede ser calificado con “paupérrimo” y no se diga a Dan Stevens a quien espero no volver a encontrarme en una película. Guarden esta frase porque en realidad no deseo que suceda.

Las voces son ricas en talento enfocándonos en los verdaderamente importantes, pues Lumiere es interpretado por Ewan McGregor, Din Don es Sir Ian McKellen, la Señora Potts es Emma Thompson, Cadenza es Stanley Tucci y se anexan a dos damas no tan reconocidas, con Gugu Mbatha Raw como Babette y Audra McDonald siendo Madame Garderobe.

Todos, todos, absolutamente todos sacaron lo mejor de sí mismo y nos comparten una interpretación buenísima de acuerdo a lo que la historia y el director solicitan, no con esto quiero decir que sus papeles hayan rayado en lo magnífico, es sólo que la manera en que lo hacen es de aplaudir, ya que la química entre todos es elevada y la entrega es completamente apreciable.

UN PALOMAZO

Existe una diferencia entre el grupo humano y de voces que ya destaqué, sin embargo hay un sólo factor donde todos se desgreñan, abren la champán y sirven a cántaros, y eso son los musicales.

Brutales y espléndidos en su mayoría -sólo uno del que se pudo prescindir-, con coreografías bien llevadas y logradas de manera casi perfecta pues en muchas son con toma continua, se pueden observar a todos en la misma sintonía con los bailables, los movimientos acordes a la canción, y con los extras sin desmerecer ni salir sobrando. Disfruté las canciones como me regocijé en La La Land por los arreglos tan acertados, las melodías alegres, los ritmos bien marcados y las voces muy jocosas.

VEREDICTO

Recordemos que Disney entrega películas musicales, así que no esperen encontrar mucho tiempo sin oír canciones narrando lo sucedido en pantalla, por lo que piensen antes de ir si lo suyo no es lo filarmónico. Pero si son galantes caballeros en busca de cortejar a esa dama glotona de nachos y palomitas, chocolates y vino tinto, llévenla para que se enamore de esta bella historia de ternura en la que el bien triunfa como es de esperarse.

Con efectos especiales de primer nivel en todo menos en la bestia, gran sonido, hermosos musicales, un gran mensaje de humildad, gratas actuaciones vocales, bellísimos paisajes, magnífica dirección de arte y vestuario -tampoco el vestido de Bella en la gala nos gustó-, La Bella y la Bestia es una gran obra de Disney con alto nivel de calidad como ya nos tiene acostumbrado, que por supuesto sufre de algunos fallos feos para los muy fijados como un servidor, pero podrían pasar desapercibidos si nos enfocamos en disfrutar el espectáculo visual y musical.

Y obvio si gustan de la belleza de Emma Watson, yo lo hice.

++++ PERO SÍ VIMOS LA VERSIÓN ANIMADA ++++

Puro spoiler de la película a partir de ahora, basándonos completamente en la comparativa de ambas versiones pues la primera la amamos cuando apenas andábamos entrando a la primaria, por lo que una opinión aparte debe ser expresada, nada más porque me siento con ganas de hacerlo.

Sí, La Bella y la Bestia en live action es buena, divertida y romántica como debiera ser, pero recordando las escenas de la animación, no puedo dejar de despreciar un poco las partes donde Gastón es tímido y torpe con Bella, situación que no sucede en la entrega del ’91. Lumiere me quedó muchísimo a deber pues no lo vi como el candelabro alegre, cómico y bonachón que era, además de me siento obligado a decir que “Be Our Guest” sonó genial, pero no tan increíble como en la animada.

No logré entender -y aún no lo hago- la razón por la que un estadounidense interpretó la voz de un italiano, hablando de Stanley Tucci como Cadenza, y un británico haya sido un francés, refiriéndome a Ewan McGregor como Lumiere. ¿Que no podían buscar a dos actores con la nacionalidad y el acento para dar mucha más credibilidad a ambos personajes? No fue mala su interpretación, es sólo que pudo haber sido pulcra y más digna, así como Emma Thompson lleva a cabo su papel como la Señora Potts, ella sí me convenció más.

¿Recuerdan cómo la Bestia era enorme y se veía impresionante al lado de Bella? Pues este no da el ancho, y ni se diga cuando se convierte en príncipe donde parece más amiga de ella que marido. Será muy guapo el actor cuando trae un corte de cabello o se deja un poco la barba, pero acá nada más no quedó ni poquito bien. Deplorable la elección.

Y para finalizar, no entendí por qué demonios vemos una relación homosexual entre un personaje secundario y Lefou, pues por más que recuerdo, éste último no lo fue en ningún momento durante la animación. Sí hago memoria y veo a Lefou siendo zalamero con Gastón, pero siempre estuvo de coqueto con un trío de señoritas interesadas en el pesado galán de balneario. No estoy en contra de la escena, es sólo que se sintió forzada.

Pecaré de purista pero si amaron La Bella y la Bestia en versión animada, la de 1991, esta es probable que no les encante, y hasta he oído comentarios de gente que la odió. Cada quién con su gusto. Yo les repito, disfrútenla, no les va a quitar dos horas de su tiempo, es una buena inversión en su entretenimiento. Y además sale Emma Watson que está como quiere la muchacha.

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