Omnimus | Reseña

Un experimento de realidad virtual después de la Tercera Guerra Mundial es lo que trata este juego si es que así se le puede llamar, de diálogos y decisiones para generar diferentes finales en esta aventura literal de imágenes y texto nada más que bien podría ser un libro con mucho más detalle y que nos permitiera disfrutar más y a través de papel una historia que suena bien a medias, pero que nos la tenemos que chutar en pantalla de Nintendo Switch, definitivamente más barata que un libro pero al fin y al cabo, nos venden un relato como si fuera videojuego lo cual sinceramente no es.

En Omnimus el chiste es no quedarse dormido con la cantidad de diálogos, de hecho el juego es solo leer textos, de repente y muy de vez en cuando tomar decisiones sobre lo dicho por los personajes inmóviles y luego esperar a que hablen más para más adelante, mucho más adelante, volver a seleccionar una respuesta y así repetir hasta el fin de los tiempos y obtener su desenlace referente a todo lo decidido, por lo que sí en efecto podrán tener varias historias con final propio y ya. Omnimus no es más que eso y la verdad no tendría mucho caso hablar más de la jugabilidad pues obviamente no falla por la poca cantidad de programación, y además que no tiene una mecánica de pelea o algo así, nomás es optar por una respuesta y continuar.

Los gráficos de Omnimus están muy bien diseñados, clásicos de JRPG con personajes característicos y los escenarios también encajando con el estilo japonés, solo que ninguno tiene movimiento a excepción del clásico efecto de aparición o quizá un monitor ahí con cierta estática pero nada más, dibujos planos y sin profundidad ni realismo, nomás para llenar la pantalla y servir de parte trasera para personajes que no se mueven tampoco, nomás medio generan uno que otro cambio en caso de ser necesario.

VEREDICTO

El juego está como a dos dólares o algo así, no vi bien el precio o al menos esa información apareció en Steam, sin embargo no pienso que sea una buena inversión para un “juego” que repetiré hasta el cansancio que no vale la pena ni el tiempo ni el dinero, es un libro y ni animado, nomás con imágenes bien hechas y música inmersiva hasta cierto punto.

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