
Chris Evans es un abogado que sin un centavo en el bolsillo tendrá que luchar contra grandes corporaciones.
¿Es mejor tener una población sana y lejos de riesgos? ¿O vender medicamentos para curarla? Básicamente estas son las dos preguntas que dicha cinta mantiene en su desarrollo, por supuesto, basada en hechos reales, trata sobre dos abogados que dejando aparte sus muy limitados recursos monetarios se aventuran en tratar de librar una batalla legal contra el “negocio” de las jeringas riesgosas.
La película comienza con una madre que luego de dejar a sus dos hijos pequeños en la escuela, se dirige al trabajo como enfermera de un gran hospital; una mañana cualquiera se transforma entonces en una cuenta regresiva a la muerte cuando por descuido dicha enfermera se inyecta una sustancia que originalmente era para ayudar a un paciente que ingresaba a urgencias.
Más tarde nos enteramos que esto no hubiese sucedido si dicho hospital comprara jeringas con sistema de seguridad, las cuales obviamente son más caras.
La mujer, la madre de los pequeños pasa entonces a una tabla, una cifra, una estadística de porcentajes donde se ha decidido que es más barato tener cientos de accidentes por estas jeringas que simplemente comprar las que incorporan el método de seguridad. Claro, además que nadie le brindará apoyo a estas personas como Vicky la mujer a punto de morir por haber tenido un accidente en el trabajo, uno que fácilmente se podría prevenir si el negocio de la salud no contemplara a los seres humanos como números.
Un drama de conspiraciones, de corporaciones que terminan y llevan al monopolio de los distintos utensilios y aparatos de los hospitales, desde un orinal, una gasa hasta el tema de las jeringas. Todo a los ojos de uno de los dos que investigan el caso, el abogado Mike Weiss una persona sin duda inteligente y llena de seguridad, alguien que también lucha con sus propios demonios, las drogas.
En lo personal Puncture, una cinta independiente, es un triller interesante que explora el mundo de las cuentas, los números y las relaciones públicas, todo dentro de un ambiente donde la salud es un negocio; una historia dramática, con un desenlace trágico y directo que finalmente marca gracias a las actuaciones una lucha casi imposible y que no se puede ganar de un día a otro.

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