Atomic Heart | Reseña

Del editor Focus Entertainment y del desarrollador Mundfish es que nos llega otro FPS de estilo distópico apocalíptico llamado Atomic Heart, una entrega que lleva a los jugadores a un mundo alterno en 1955 en la Unión Soviética, donde tendrán que lidiar contra una revuelta de robots asesinos y llegar a la revelación de la causa de este mal.

En Atomic Heart conoceremos al Major Sergei Nechaev, o simplemente P-3 (para los amigos), un agente de misiones especiales con un pasado bastante movido y que por azares del destino se verá envuelto en una al parecer conspiración de secretos y sabotage donde deberá lidiar contra una gran amenaza que tiene que ver con una horda de robots asesinos de toda clase y que por alguna razón se volvieron locos por un fallo muy sospechoso y que apunta a alguien que tendrá que dar muchas explicaciones.

Es en este mundo alterno del 55, donde el juego de Bioshock le recordará a más de uno gracias a muchos elementos narrativos parecidos, es que P-3 nos llevará por varios entornos enfrentando enemigos de diferentes fortalezas y obviamente jefes de nivel, todos actuando bajo una serie de patrones de ataque y donde tendremos que saber ser ágiles para lograr escapar de cada golpe, rayo láser o proyectil, y esto sin contar las trampas que también hallaremos en el camino.

Atomic Heart sin duda es llamativo desde sus primeros minutos, con una gran apertura narrativa cargada de historias del pasado alterno, muchos detalles de texto y visuales que recomiendo mucho apreciar antes de entrar en acción, o sea, en la misión de salvar el mundo. En términos generales Atomic Heart guarda un encanto indudable, desde sus actuaciones de voz, su nivel de arte, efectos sonoros, música y gráficos, el juego como dije tiene un aire a Bioshock que simplemente no podrán borrar de su mente, y bueno, eso es bastante genial. Aún así, el juego se gana su atención, logrando tener su propia personalidad aunque con los ya clásicos elementos de armas de ataque cercano, armas de fuego, granadas de diferentes tipos, formas de perfeccionar habilidades, así como la opción de crear nuevo armamento al descubrir planos, y por cierto, el título tiene checkpoints y puntos de guardado manual en cuartos de seguridad donde además podemos “charlar” con una máquina bastante “coqueta” no apta para gente sensible o público infantil; está máquina es donde realizaremos las mencionadas mejoras y más.

Hablando del combate, el juego se va por los tiros, aunque no llega a ser un DOOM, así que la mayor precaución a tomar es el fijarse en la estamina que usamos, los patrones de movimiento y el tratar de usar el entorno a nuestro favor (lo clásico, aventando cosas o haciéndolas explotar, por ejemplo); aquí cabe decir que el juego tiene varios niveles de dificultad, pero si no tienen cuidado es seguro que estarán muriendo algunas veces, pues los golpes de los enemigos son contundentes y será necesario saber esquivarlos. Atomic Heart también tiene partes de plataformas y resolución de acertijos, búsqueda de llaves y minijuegos para lograr abrir puertas y acceder a zonas, así que la jugabilidad es diversa y bien balanceada, además el diseño de niveles es bastante bueno y variado, por lo que será fácil encontrarse absorbido por el entorno y la historia que nos presentan, aunque esta pueda no parecer tan elaborada. Otro punto a tomar en cuenta y es uno bastante cool, es que la mecánica de recoger objetos y encontrar loot es muy dinámica, pues tan sólo hay que señalar con la mano a cajones, escritorios, archiveros o enemigos (por ejemplo) y los ítems y munición de importancia automáticamente saldrán disparados a nuestra mano para ser agregados en el inventario; este detalle hace que realmente invirtamos poco tiempo en estar indagando cada elemento del escenario para ver su interior, pues el funcionamiento es automático y constante mientras estemos señalando de forma ininterrumpida.

Como toda buena aventura Atomic Heart tiene elementos de rol en su interior, es decir las ya mencionadas mejoras y habilidades, pero también los enemigos además de patrones de movimiento, suelen tener fortalezas y debilidades, los cuales habrá que analizar en combate para sacar provecho a nuestras armas y la munición especial que tengamos, construida con los planos y materiales que hallemos en nuestras exploraciones del entorno, haciendo que cada arma (aproximadamente unas 20 en total) tome un papel y fortaleza fundamental en el juego. También se destaca el uso de un guante secundario para recoger los materiales en la mecánica que ya mencioné, pero con el cual también podemos usar habilidades como telequinesis, descargas eléctricas o rayos congelantes, todos usados al más puro estilo de los famosos plásmidos de Bioshock.

Atomic Heart sin duda ha sido una inmensa sorpresa para quienes buscábamos un buen shooter bien balanceado entre momentos de acción y resolución de acertijos, pero incluso en un mundo abierto lleno de secretos y zonas por explorar, con algunos entornos más cerrados pero siempre dejando sitio a las sorpresas por su variedad de enemigos mecanizados y que usan un nivel de alerta donde mientras más suba, más peligroso se pondrá todo al punto que quizá la única salida será correr, correr por la vida.

Atomic Heart es uno de esos juegos que bien exigen una secuela y es un título que nos pone atentos al próximo proyecto de Mundfish.

Atomic Heart se encuentra disponible para PlayStation 5, Xbox Series X|S, PlayStation 4, Xbox One y PC vía Steam; además lo pueden jugar por medio de Xbox Game Pass.

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