Gran Turismo 7 | Reseña

Duele decir que obtuve este juego porque cuento con PlayStation 5 para poder hacer la reseña de la mejor manera para ustedes, pues a pesar de contar con extensa experiencia dentro de los juegos de carros, es el editor en jefe el que mejor mete las velocidades y aprieta el acelerador. Sin embargo está en buenas manos este juego y dicho sea de paso, la reseña, pues un título de esta índole debe ser revisado al máximo ya que estamos hablando de Gran Turismo 7, el primero de la serie ya disponible para nueva generación. Gran reto.

Mi experiencia en juegos de automóviles quizá sí se reduzca a títulos poco realistas: Mario Kart, The Crew, Driveclub, Dirt, Project Gotham Racing, Need For Speed y así, por lo que llegar a las grandes ligas como sería Gran Turismo es un salto enorme que no me esperaba hacer, y aunque quizá suene exagerado pero en realidad el nivel de modificaciones que se pueden realizar en Gran Turismo 7 así como la jugabilidad, sí superan en mucho el estándar que yo manejaba.

Gran Turismo 7 es como un paseo en el parque guiado por una cantidad incontable de personas, de inicio ni siquiera intenté ver si podía aventurarme a jugar no en modo historia porque al parecer no hay manera de atacar el juego así, y si la hay créanme que no es necesario, pues el mayor avance se logra siguiendo todos los pasos posibles. De inicio Gran Turismo 7 maneja estas ya famosas licencias de conducir que permiten el acceso a una cantidad limitada y no tan agradable de vehículos, conforme pasemos los exámenes de manejo podremos desbloquear las siguientes licencias y a su vez carros mucho más potentes y exclusivos, por lo que de inicio no piensen que van a poder subirse a un Ferrari o incluso un BMW. Frustré mi sueño de treparme a un Audi, pero solo al principio.

Las licencias de manejo requieren estos exámenes donde nos piden alcanzar una meta a una pequeña distancia pero con cronómetro, al conseguir como mínimo el bronce la prueba será superada y así seguiremos con el resto de los exámenes. Es aquí donde se tiene la oportunidad de manejar autos de alto nivel, pues mientras no tengamos esas carnets será imposible agarrar las llaves del auto que vale más de un millón de puntos. El crecimiento es obviamente muy orgánico, pues el modo historia nos pone en un concepto raro de cafetería donde el dueño nos va mostrando el camino, primero nos manda a ciertas pruebas que les llama menú y al terminar todas de manera exitosa -mínimo en tercer lugar- es cuando recibirán de regalo los autos en dicho menú y con ello continuar al siguiente que tiene la misma fórmula: carreras con autos permitidos acorde a tu licencia, ganar las pruebas y desbloquear el siguiente menú.

A pesar de sonar muy tedioso y repetitivo, no lo es porque precisamente los autos que se manejan son de un país en específico, por lo que las pistas de dicho país estarán abiertas desde ya para intentar ganar de 2 a 3 dependiendo el menú, y así conseguir dicha cantidad de autos, por lo que jamás parecerá molesto ni desagradable TENER que competir, pues en realidad van a QUERER hacerlo pues todos los circuitos presentados son diferentes -a menos que se use el mismo pero corriendo hacia el otro lado-. El avance de los menús ofrecidos en la cafetería va directamente de la mano con el crecimiento del garage y con todas las opciones que se tienen en el mapa, es decir que accederemos a donde se modifican los autos estéticamente, se lavan, o donde se compran autos usados, también a las agencias de ultra lujo para adquirir unos carrazos que se les caen los calzones, además de la zona multijugador y por supuesto la tienda de modificaciones mecánicas.

No entraré en detalle absoluto, pero sin duda es la zona de mecánica la que se lleva las palmas no precisamente en el diseño de la zona, sino por la cantidad de objetos principales que son posibles de cambiar en los autos, mismos que proporcionan puntos de desempeño en cada carro y así ser mucho más competitivos en las carreras. Es de cierta manera obligatorio aprender a entender qué se debe mejorar pues muchas veces los circuitos piden determinadas características para los bólidos, por lo que llegar con la mayor cantidad de puntos de rendimiento es básica para no sufrir contra los rivales, yo en lo particular me llevé algunos revés cuando por más que no chocaba y tomaba bien las curvas, no podía alcanzar a casi nadie en las rectas. De ahí que antes de cada menú modificada a los bestia mis máquinas. Y así pude ganar. Solo así.

Ahora, correr en el modo historia es sumamente divertido, consigue muchas monedas, nos regala autos y modificaciones cada vez que logramos correr un maratón durante un día, pero cuando las cosas se ponen más complicadas es obviamente en el multijugador, y no porque los demás sean unos expertos -que o sea sí- sino porque las reglas aplicables son tremendamente complicadas, pues para empezar no podemos chocar contra otros competidores y no podemos cerrarnos como si fuéramos pesero en la Ciudad de México, así que deberán aplicar al máximo sus habilidades de manejo para evitar una descalificación. Dado que el lobby es a veces tardado, puede tornarse molesta la espera, pero por fortuna nos dejan probar la pista para definir nuestra posición inicial y así como que prepararnos para la carrera. Aún así no hay nada como la adrenalina del juego en línea como bien lo saben. Malas noticias en el multijugador, otorga pocos trofeos por solo completar carreras así que no esperen dar lo mejor de sí pues solo conseguirán dinero y ya. Buena noticia: se puede jugar en pantalla dividida contra alguien en el mismo sistema. No dará trofeos pero dará diversión garantizada.

Debo hablar del modo foto porque es por mucho uno de los mejores que he probado en la historia de los modos foto de todos los juegos. No hay nada como tener un protector de pantalla o un wallpaper de nuestro juego favorito, pero cuando estamos ante la posibilidad de fotografiar autos de súper lujo en ambientes casi imposibles de conseguir en la vida real, debemos aprovecharla al máximo. De verdad no tienen idea de lo magnífico que es. Empezando porque podemos seleccionar de entre muchísimos escenarios, agregar varios autos de nuestro garage, incluir al piloto en varias poses, cambiar las luces del auto, la dirección de las llantas, la velocidad en la que va el vehículo, la iluminación de ambiente, seleccionar entre varios modos ya preestablecidos, y lo mejor de todo: jugar con los enfoques y las lentes de la cámara virtual que está tomando la foto. Una maravilla completa de principio a fin. Sin duda yo pasé más de una hora modificando cosas que ni sabía que se podían para obtener imágenes hermosas.

¿Qué sería de un juego de autos si no pudiéramos modificarlos estéticamente? Nada, sería una cochinada cualquiera. Gran Turismo 7 no lo es, pues aquí también como en el modo foto, es posible cambiarle tantas cosas que terminará siendo abrumadora la cantidad de opciones, créanme, llega un momento que si no son pacientes querrán dejar el carro como sea con tal de salir a correrlo. Pero para los que sí lo somos, es maravillosa la paleta de alteraciones disponible desde rines, llantas, colores de la carrocería, entradas de aire, stickers para ponerle al carro, colores de partes diferentes de la carrocería… No puedo ni recordar todo lo que se puede cambiar, pues incluso los cascos se pueden poner a placer dependiendo cómo los vaya comprando y/o ganando en las competencias. Brutal honestamente y un mundo aparte para los que les gustan ver todo a su gusto sin que la máquina decida cómo ni en qué color.

El apartado gráfico de Gran Turismo 7 es sin duda un punto fuerte del juego, no son los mejores autos que he visto pues tiene un contendiente durísimo del otro lado del charco, sin embargo se pinta solo a la hora de los reflejos, la lluvia, la iluminación y los objetos ambientales. No con esto digo que sea el mejor del mundo, pero de que no le pide nada a otros títulos, eso es un hecho. Fue sorprendente ver la irregularidad de la pista producto del efecto de la lluvia en la misma, pues tanto los charcos como las líneas trazadas por los neumáticos al pasar por ahí son espléndidas, el efecto en la cabina con los rayos del sol y la lluvia son magníficos y no hay duda de que los reflejos de las nubes, los autos al lado, las estructuras y el terreno en los vidrios y en la carrocería son suculentos. No hay manera de que no queden sorprendidos con el altísimo nivel de realismo que Gran Turismo 7 ofrece, a pesar repito, de no ser punta de lanza. Se defienden de manera soberbia eso sí. Donde fallamos en el efecto “bola de billar” que predomina en todo el juego, y me refiero a que los autos al chocar con las vallas tienen ese efecto, como si solo rebotaran contra una pared de goma y el vehículo fuera de goma y pues todo se va a la goma porque simplemente no se ve bien. Debería de haber físicas realmente realistas que voltearan el auto, lo destruyeran o lo sacaran de circulación, cosa que no sucede más que las abolladuras bien marcadas o los raspones, que sí emulan un realismo pero no el deseado. Un punto nada a favor para la calificación final de Gran Turismo 7.

VEREDICTO

Gran Turismo 7 no se puede platicar nada más, se debe de vivir. No cabe la menor duda de que es un magnífico juego que se toma la calma antes de la tormenta muy en serio, pues la música tremendamente aburrida como los diálogos pesados de las personas que nos ayudan en el modo carrera, son soporíferos y dudo que vayan a leer todo lo que se les señala. La tormenta viene en las carreras que inyecta acción, velocidad y mucha adrenalina pues querrán siempre ganar a pesar del alto realismo de las físicas a la hora de conducir, porque una vuelta cerrada mal tomada o a alta velocidad los tendrá chocando contra el muro, o un choque en las partes desequilibrantes del auto hará que los trompos nos saquen de circulación -a excepción claro del efecto bola de billar-, por lo que no esperen para nada un juego sencillo ni directo a la victoria: hay que planear bien las modificaciones o no habrá poder humano que los ponga en el podio, por más buenos que sean, aquí las máquinas y su potencia sí importan, no como en Mario Kart o Dirt.

Gran Turismo 7 cuenta con una lista de trofeos bastante fácil de conseguir pero que requiere muchísimo tiempo, por lo que entre los galardones, la cantidad tremenda de vehículos y las modificaciones a conseguir, puedo decir que la rejugabilidad del título es altísima como cualquiera esperaría, y no queda más que tomar el volante y apretar el acelerador, no tan a fondo porque sí influye en el arranque, pero sí apretar consistentemente en un juego que se merece una oportunidad a todas luces.

Compartir en: