Castle Renovator | Reseña

Ultimate Games S.A tiene para todos los fans de la construcción y las épocas medievales, un juego donde literalmente se la pasarán limpiando, ordenando y arreglando lugares para así tratar de conseguirse un pequeño castillito con une buena vista. Castle Renovator, disponible en PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series X|S los va mantener entretenidos por un buen rato hasta que terminen llenos de lodo.

BUENO, NO TANTO ASÍ

Luego de un pequeño y sencillo tutorial, el juego invita a que nos hagamos cargo de misiones para componer, limpiar y ordenar diferentes lugares de aspecto medieval, por ejemplo casas, pequeñas zonas de un castillo, quizá algún pueblo, algún terreno con bardas y más; pero todas estas tareas la verdad muy sencillas de completar tienen una meta, y es que el juego nos permite que al juntar recursos y ganancias, podamos ir creando nuestro propio paraíso medieval con casitas o hasta un castillo o una posada que incluso si todo va bien, quizá podría albergar pueblerinos.

Castle Renovator es exactamente lo que el título dice, así de simple. Por fortuna los controles también son igual de simples, así que no se necesita ningún tipo de experiencia en juegos de construcción, renovación o de organización. Tan sólo la lógica es necesaria para saber dónde va cada cosa, desde una simple tabla de madera, hasta el saber limpiar manchas o recoger basura, y todo esto para luego poder construir muebles, edificaciones y adornos para nuestra propia morada.

El juego se rige por misiones (obviamente) y cada una de ellas tiene sus objetivos y ganancias si completamos, pero además en los escenarios a trabajar también habrá otras metas extra para cumplir, al final del día, sólo necesitamos regresar a nuestra carreta y salir de ahí con las cosas que hayamos recuperado. Eso suena bien, porque es un gana/gana muy efectivo.

SIENTO QUE ME TROPIEZO

La buena noticia como dije es que no es necesaria alguna experiencia en algún título del tipo, simplemente el interés o las ganas de jugar algo diferente a lo acostumbrado. Gráficamente el juego no está mal, pero tampoco muestra nada sorprendente, sólo un aspecto visual quizá de un par de generaciones atrás, pero bueno, aquí lo que importa es la jugabilidad.

La mala noticia es que la jugabilidad en varios momentos se siente torpe, al menos en mi caso al caminar sobre tablas o tratar de caminar entre objetos, siento que mi personaje no pudiera caber o “como si fuera a tropezar”, es decir, la animación al caminar entre objetos no es tan fluida y de pronto uno siente que se va para un lado, fuera de eso las cosas van bien, excepto cuando llega la hora de cargar cajas de materiales para llevarlos a la carreta, pues es allí cuando dichos objetos que levantamos se mueven como si algo les estorbara en el camino, y acomodarlos en cada lugar, por ejemplo guardar herramientas en una caja, o llevar una caja a la mencionada carreta se vuelve difícil pues el objeto en cuestión pareciera no se quiere acomodar, haciendo que nuestras cosas no queden bien o que las dejemos en el suelo. Se podría decir que este detalle se siente con bugs.

Fuera de eso, todos los menús e interfaz del título es intuitiva y muy sencilla de aprender, así que realmente no es necesario un tutorial. Rápidamente estarán tomando misiones para empezar a crear su lugar soñado en un mundo medieval.

SÓLO NOS FALTARON ORCOS

Castle Renovator es sin duda un juego simple en todos los sentidos; desde sus mecánicas de construcción y limpieza, hasta el estilo de misiones a completar, todo es básico pero entretenido y muy directo, la única mala noticia es que algunos movimientos se sienten torpes, pero quizá con una actualización se resolvería esto. Fuera de eso, la presentación visual es moderada, con gráficos igualmente muy sencillos y una banda sonora entretenida. Quizá algún detalle que me hubiera gustado es algo de fantasía para brindar algo de variedad al tema, pero tampoco es que sea tan necesario.

Si les gustan los castillos y estar construyendo, reparando y limpiando, entonces Castle Renovator es para ustedes.

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