Skul: The Hero Slayer | Reseña

Juegos pixel art, tipo rogue, con muchos mapas para explorar y pelear constantemente, jefes de nivel grandotes y difíciles pero a veces torpes, pocas recompensas, eso es lo que ya no vemos tanto pero se extraña, y cuando sale uno así con esas características hay que calarlo harto rato. Se llama Skul: The Hero Slayer y la historia nos importó dos pepinos.

ESCUL

Skul es un esqueleto que durante la travesía será ayudada por personajes igual de raros, y que tiene la intención de acabar con los soldados y héroes buenos de la tierra porque atacaron el castillo donde vivían los demonios y él mismo. Entonces pues enojado va la revancha del pequeño esqueleto simpático que más allá de provocar temor, da ternura, y se incrementa el gusto cuando aprendemos su poder más chido de todos: cambiar su cráneo por otros que dan poderes muy guay, dirían allá en España.

Entre plataformas y mapas cambiantes que seleccionamos entre dos puertas al final de cada uno de ellos, Skul se abre paso con sus pocos elementos de pelea pero muy efectivos, pues entre saltar y aplicar el famoso “dash” -movida muy conocida entre los gamers-, más la espada, entonces realmente el combate se convierte en básico y concentrado en el tiempo del ataque enemigo, esquivar y contraatacar, pero se convierte en semi avanzado cuando vemos que podemos usar poderes. Estos se consiguen al final de cada mapa, mismos que son pequeños pero llenos de enemigos señalados en el mini mapa, para que solo una vez los hayamos derrotado a TODOS, podemos activar las puertas al final del trayecto, y entre ellas un tesoro aleatorio que consiste en monedas, poderes o un cráneo. Las puertas nos pueden llevar o no a otro terreno para pelear o por fin a descansar y recargar pilas, pero si no tenemos tanta suerte iremos contra un mini jefe o héroe para pelear en un combate difícil pero no al nivel de los jefes reales que son enormes y dan golpes que solo la práctica hará que podamos esquivarlos.

Skul: The Hero Slayer no es un juego fácil ni donde se avance rápido, sí mataremos a cientos de soldados y seres de la naturaleza -árboles violentos aunque esto no tenga nada de sentido- pero eso no quiere decir que estemos creciendo como tal porque además no es un RPG, pero cuando empecemos a avanzar y a recibir daño es será el momento de la verdadera presión pues es raquítica la cantidad de vida que uno consigue en la tienda, por lo que es imperativo aprender a pelear sin recibir golpes por más enrevesado que pudiera parecer, pero TIENEN que aprender a ser pacientes a la hora de los catorrazos. Entonces con esta información les puedo seguir comentando que no estamos ante un juego que en cinco horas ya estén del otro lado, quizá incluso necesiten semanas para terminar con ciertos jefes por el hecho de que no hay un avance real pues si mueren, se mueren y es iniciar todo de nuevo pero con los mapas aleatorios, por lo que no es posible saber que viene a continuación. ¿Una belleza verdad?

Ya les había comentado sobre los cráneos cambiantes, estos se entregan igual al final del nivel y consisten en cambiar esa parte del cuerpo y hacer uso de sus poderes, hay diseños inspirados en otros personajes de videojuegos pero también hay muchos de la cosecha de los desarrolladores, y todos consisten en tener poderes diferentes que nos ayuden en las peleas, sin embargo su poder no es interminable ya que deberemos esperar el famoso tiempo de “refresh”, así que una vez usado tendrán que valerse por sí mismos con los recursos ya explicados con anterioridad. Es decir, úsenlo sabiamente.

BONITO DE TODOS LADOS

Maravilloso pixel art, colorido y tétrico en los lugares donde debe serlo, con referencias a muchísimos personajes de los videojuegos, Skul: The Hero Slayer demuestra porque aún nos gustan estos juegos cero realistas en sus gráficos y que solo hacen uso del 2D, porque nuevamente lo sencillo brilla con luz propia en un mundo donde las texturas lo son todo y entre más real un juego mejor se califica con el público, aquí lo bonito del mundo y los efectos especiales son tan geniales que nos adentramos en la pelea y no hay manera de sentir que estamos ante un juego aburrido o feo. Es una belleza gráfica.

Lo único que no encanta del juego es que se pasa muy poco tiempo en el castillo con la bruja, porque aparte de estar muy sexy, el ambiente es oscuro e impactante, por lo que gusta mucho más que el exterior que es de colores alegres pero está bien, porque se trata de entender que a pesar de que somos el protagonista pues básicamente somos los malos y estamos tratando de acabar con el mundo de conejitos y mariposas y cantos bonitos. Eso está chido en verdad porque tomamos otro rol que pocas veces nos ofrecen, entonces ser malo aquí es bueno.

VEREDICTO

Juegazo difícil que no es para los que no tienen paciencia, es un gran título que se concentra en el combate y en que uno no sienta que está ante un juego rápido y que se lo van a terminar en dos patadas. La verdad es que se van a tardar varios días en alcanzar el final pero de eso se trata, de gozar el juego sintiendo que uno no avanza para cuando mueran digan: ¿CÓMO ME MATÓ ESE ÁRBOL? VOY DE NUEVO. Y ese “de nuevo” sea eterno porque van a volver a perder. ¿Divertido? Sin duda. ¿Obligado a comprarse? Por su pollo que sí.

Skul: The Hero Slayer está disponible en layStation 4, Xbox One, Switch y PC vía Steam.

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