RiMS Racing | Reseña

Para los fans de las carreras en motocicletas y los simuladores exigentes, ahora llega un nuevo título para competir con grandes entregas que seguro ya conocerán; se trata de RiMS Racing, un título publicado por NACON y desarrollado por RaceWard Studio que si bien no cuenta con mucho contenido, maneja una jugabilidad y mecánicas sumamente inmersivas.

SIMULACIÓN Y ACCESIBILIDAD

RiMS Racing es de esos juegos de carreras con ayudas y una dificultad ajustable para quienes no deseen una simulación que no perdone; en este sentido este título por el estudio italiano RaceWard, sabe entregar una curva de aprendizaje bastante generosa, pasando de un control y dificultad de IA que perdona mucho, a una experiencia donde cada tramo, cada tipo de superficie, el clima, la velocidad y el manejo determinarán si llegan en primer lugar, o si en último, ya que un error los puede sacar de la competencia y en RiMS Racing no hay esa opción de “retroceso” para volver a intentar y corregir alguna equivocación.

De inicio en RiMS Racing pasarán un breve tutorial para conocer los principales elementos del control, luego de eso podrán entrar al multijugador, pasar a las prácticas privadas en circuitos oficiales y peligrosas pistas de tramo, usar las ocho motocicletas disponibles por el momento: Kawasaki Ninja ZX10 RR, Aprilia RSV4, BMW M1000 RR, Ducati Panigale V4R, Honda CBR1000 RR, MV Agusta F4 RC, Suzuki GSXR-1000 y Yamaha YZF R1; además de intentar ganar eventos especiales y pro supuesto, entrar al modo de carrera, donde encontrarán hasta 70 eventos y cerca de 500 piezas para mejorar el rendimiento de su maquinaria de competición.

MECÁNICAS

Aún contando con 8 motocicletas, RiMS Racing se las arregla para sumergirnos en el papel de un piloto de carreras, pues en el modo carrera, el corazón del juego, podemos vestir a nuestro piloto, conseguir personal para nuestro equipo, desarrollar tecnología y lo mejor, comprar cerca de 500 piezas para mejorar el rendimiento (sí, eso ya lo dije), sin embargo el giro del juego, es que cada moto está modelada de una forma sumamente cuidada, y cada una de sus piezas puede ser removida con mecánicas del tipo “minijuegos” en combinación de uso de botones y movimientos de stick, para desatornillar, retirar, intercambiar y más, cada elemento de nuestra maquinaria; aquí es, viendo cada pieza por separado, donde el juego brilla, pues todo esta modelado, desde las piezas más pequeñas, como los tornillos o las pastillas, hasta los espejos y el cuerpo exterior, todo se puede retirar y admirar, así como mejorar o intercambiar por piezas nuevas. Y lo mejor, mejor de todo, es que los daños recibidos por nuestro manejo en la pista, se reflejan en tiempo real en el desgaste de cada pieza, no importa si son las llantas, los frenos, la suspensión, todo se deteriora por lo que manejar rápido, pero de forma profesional (cuidadosos con nuestro equipo y los otros competidores) toma un enorme significado.

Y es que no importa el modo en el que nos encontremos, podemos oprimir un botón en cualquier instante de la carrera, para ver un análisis específico de cada pieza, viendo si está en buen estado, o si empieza a deteriorarse. RiMS Racing es un simulador con mucha atención al detalle en este sentido, y en lo personal cuando vi esto, sentí que esos mismos detalles me hubieran gustado ver en otros juegos de carreras, sobre todo simuladores. El poder desarmar un equipo, intercambiar piezas y revisar su estado en tiempo real en carrera, brindan de mucha inmersión al juego, y además de esto, tenemos la ya acostumbrada parada en boxes para cambiar llantas, poner gasolina y más.

SIMULACIÓN DE TERRENO, LA CEREZA DEL PASTEL

Otro elemento que hace de RiMS Racing algo especial es su manejo. Obviamente con todas las ayudas encendidas el juego tiene un lado más arcade o simcade, pero al ir apagando todo es cuando uno se da cuenta de la complejidad no para ganar una competencia, incluso para dar bien una simple curva a más de 100km/h cuando menos. Por lo mismo es algo necesario conocer al menos los circuitos presentados aquí, y que están en la mayoría de simuladores de carreras.

Y es que en lo personal hay pocos juegos que me han transmitido esa sensación de agarre al asfalto y la tracción, el movimiento, las diferentes superficies y hasta la temperatura de pista, por ejemplo Project CARS 1 y 2, o Assetto Corsa y Assetto Corsa Competizione, o ya entrando en el terreno del motociclismo con RIDE 4, por poner unos ejemplos.

Desearía que RiMS Racing tuviera clima dinámico y cambio de horario en tiempo real, pero al menos se pueden elegir diferentes tipos de suelo, y climas entre calor, nublado, llovizna y tormenta, en diferentes horarios como medio día o atardecer; cada una de estas variaciones hacen que cambie el manejo y la sensación del control. Las llantas pueden calentarse más rápido, o pueden desgastarse rápidamente por un asfalto maltratado, y lógicamente con lluvia perdemos agarre rápidamente. Finalmente la velocidad también agrega mucho valor, pues uno realmente siente si una de las ruedas gira mal, o si estamos realizando un adelantamiento peligroso. Aquí cabe decir, la IA suele no perdonar, y aunque también puede esquivar y accidentarse, no frenarán para no pasarte por encima.

PRESENTACIÓN

En lo que respecta al sonido, los efectos están bien logrados para los efectos de motor, y otros como el sonido de derrapes en varias condiciones; la banda sonora de música electrónica puede que no sea del gusto de todos, pero en lo personal me ha agradado mucho, pues brinda de emoción a las carreras y por decir, al menos a mí me baja un poco el estrés de estar perdiendo cada carrera… es decir, ganando. Sí, ganando cada carrera.

El problema más grande con RiMS Racing no es su bajo número de motocicletas, es su apartado gráfico con algunas texturas en baja definición y popping muy visto en la versión de Xbox One donde lo pude jugar. Hablando de la nueva generación con una versión para Xbox Series X|S, el juego no presenta demasiado este popping de texturas y elementos como árboles o arbustos, aunque en ciertas pistas si se puede llegar a notar si uno presta atención. En Xbox One es muy notable este defecto.

En Xbox Series X|S las texturas, sobre todo del asfalto tiene mayor detalle, también en condiciones de lluvia se pueden ver en mejor definición las gotas de agua cayendo en la pista y formando charcos, cosa que en Xbox One se limita a “sólo verse mojado y un poco de gotitas”. Los modelados en ambas versiones son bastante buenos (en motocicletas y piloto), pero la versión de nueva generación tiene además un especie de efecto de post procesado, que hace la imagen más suave, más refinada por decirlo de una forma y es algo evidente además.

Finalmente, aunque ambas versiones (Xbox One, Xbox Series X|S) se controlan igual, también los modelados del crew de parada de boxes tienen poco detalle, cosa que me gustaría fuera actualizado con modelados más detallados, pues la verdad si se ven mal.

PARA FANS DEL MOTOCICLISMO

RiMS Racing es un simulador que se disfruta más con la mayor dificultad en manejo, pues es ahí donde cobra vida el sentido de estar cuidando las piezas de nuestra motocicleta, por lo mismo es más fácil de recomendar al público que gusta de los simuladores y las carreras. Mejor aún si lo juegan en la nueva generación, pues aunque los gráficos no son espectaculares, si son mejores.

RiMS Racing es una entrega de la que realmente me gustaría ver más actualizaciones para mejorar el producto y obviamente, me gustaría ver una nueva entrega a futuro. Creo que NACON y RaceWard Studio tienen algo bueno entre manos, y me gustaría ver hasta donde nos pueden llevar.

Finalmente y hablando de calificaciones, en Xbox One yo le pondría un 3.5 de 5 más que nada porque el apartado visual es evidente que necesita más trabajo. En Xbox Series X|S el juego se merece un 4 de 5, gracias a su simulación y un apartado visual más cuidado; en general, está más balanceado.

RiMS Racing ya está disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC en Europa, y el 24 de agosto en Norteamérica. Se lanzará en Switch el 16 de septiembre en Europa y el 5 de octubre en Norteamérica.

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