Estación Zombie 2: Península | Crítica

Han pasado 4 años desde la primera entrega de Estación Zombie (Train to Busan) y ahora, el director Yeon Sang-ho, retoma la trama en un presente donde el virus ya es algo conocido y hasta cierto punto controlado, ambientándonos en un futuro sombrío lleno de zombies y de vivos que solo buscarán su beneficio propio. los zombies son criaturas simples con necesidades simples, pero son los humanos los que complican las cosas.

Tras los acontecimientos de la primera entrega, seguimos de cerca la vida del capitán de marina Jung-seok (Gang Dong-won), quien tras enfrentarse al virus en Busan, busca escapar junto con su hermana, pero las cosas se vuelven complicadas y terminan como expatriados escondidos en la península de de Hong Kong. Culpados por iniciar el virus, Jung no puede salir libremente a las calles sin ser víctima de xenofobia, ofreciéndole nada más que miseria, por lo que se ve forzado aceptar una tentadora oferta por recuperar un simple maletín. ¿cosa fácil, no? Pues el plan resulta ser terrible, regresar a Busan donde prácticamente ya no existe nada más que muerte y desolación, no es algo que alguien quisiera hacer por gusto propio.

Abandonado hace mucho tiempo por sus propios superiores, los soldados, liderados por el capitán suicida-depresivo Seo (Koo Gyo-hwan) y el sádico sargento. Hwang (Kim Min-jae), han creado una subsociedad nihilista a partir de las cenizas, buscando suministros y enfrentando a prisioneros contra zombis por deporte. Aquí en la Unidad 631, la desesperación ha convertido en bárbaros a quienes alguna vez sirvieron a su país, y quién puede culparlos.

Bajo todo un arsenal de efectos especiales (unos mejores que otros) y con la dirección de fotografía de Lee Hyung-deok, nos llevan a una ciudad desolada y llena de dolor y tristeza a través de increíbles escenas panorámicas y close-ups hacia los actores en la ciudad, mostrándonos un paisaje interminable lleno de zombies pordoquier.

Para lograr llegar a la cima como lo hizo su precuela en 2016, Yeon apunta alto pero sin un significado elocuente por detrás, desatando personalidades menos convincentes y la trama derivada gira sobre las ruinas abiertas de paisajes urbanos y excesivamente generados por computadora mientras hace un gesto hacia una geopolítica más grandiosa.

Más grande no es mejor, incluso si algunas locaciones o escenas, como la arena de hostigamiento de zombis construida en las ruinas de un centro comercial, preparan el escenario para secuencias de batalla dinámicas, el desarrollo de la historia no coincide, la escala gigante de Estación Zombie 2: Península comienza a ahogar a sus personajes con mayor frecuencia antes de que los zombis tengan la oportunidad de acabar con ellos.

Por el otro lado de la moneda, Estación Zombie 2: Península es una increíble película de acción, nos deleita con escenas de ritmo rápido, incluida una espectacular persecución en automóvil de 20 minutos antes del amanecer, haciéndome pensar en increíbles películas y secuencias como en Mad Max, Land of the Dead y hasta el mismo Rápidos y Furiosos, llenas de acción, adrenalina, efectos especiales por todos lados, pero al final te mantiene al filo de la bucata.

Para bien o para mal, Estación Zombie 2: Península pende de los hombros de la estrella de cine Gang, quien hace todo lo posible para transmitir la tortura de un hombre impulsado por un vago sentido de … ¿culpa? ¿Pérdida? Nunca es claro, aunque es claro que pone todo su corazón en la acción distópica de la cinta, acumulando tiros a la cabeza como si fuera un videojuego. Estación Zombie 2: Península derrocha acción y efectos especiales por todos lados, que de otra manera tendría mucha más potencia si la secuencias de diálogos nos motivaran a sentir su dolor, angustia y adenalina. La franquicia tiene un increíble futuro, y aunque esta no es la película zombie del año, marca un paso firma para más entregas y conocer como el mundo está siendo corrompido por este… virus… plaga…, espero que pronto lo sepamos.

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