El Traficante | Crítica

Llamada originalmente Beast of Burden, por su título en inglés, es una cinta de drama y suspenso protagonizada por Daniel Radcliffe, Grace Gummer, Pablo Schreiber, y Robert Wisdom, bajo la dirección de Jesper Ganslandt, con un guión de Adam Hoelzel. Y ahora cabe decir, El Traficante no es una película de acción, de hecho, casi toda la historia se desarrolla dentro de una cabina de avión.

DE FLASHBACKS Y ALGO DE HISTORIA

El Traficante “Beast of Burden”, con casi noventa minutos de duración, intenta sumergir al espectador en una historia dramática en la que Sean, interpretado por Radcliffe es un piloto que intenta transportar un cargamento de droga a través de los Estados Unidos, mientras evade distintas fuerzas armadas y traficantes del cartel de drogas. En sí, la primicia no suena mal, y da para imaginar un buen film de suspenso, sin embargo el corte de la película está lleno de tropiezos con una gran cantidad de flashbacks para presentar los antecedentes de Sean con su matrimonio, así como los sucesos que lo llevaron a tan desesperada tarea.

En este punto cabe resaltar que a pesar del trailer, la cinta no es de acción, si no hasta la última casi mitad, con algunos minutos que buscan por decirlo de una manera, recompensar a quienes deseaban ver una historia con explosiones y persecuciones, cosa que no funciona, y al mismo tiempo “traiciona” al público que se podría encontrar cómodo presenciando el drama, el cual en su gran mayoría cae sobre los hombros de Radcliffe, quien brilla por su actuación y casi… casi podría salvar la película.

Entonces la mala noticia es que no tenemos una película de acción, pero tampoco una buena cinta de drama, con un guión que nos haga sumergirnos en su historia. De hecho la propuesta, ya vista anteriormente en Locke con Tom Hardy (2013) y posteriormente en Wheelman con Frank Grillo (2017) es mucho más brillante y elaborada en estas dos películas, las cuales manejan el sentimiento de “claustrofobia” al manejar toda la narrativa dentro de una cabina con un sólo protagonista, cosa que El Traficante intenta recrear, pero que a los pocos minutos cambia por sus flashbacks y más tarde por una simple propuesta de película de acción, elementos que como ya dije no funcionan en ningún momento, dejando toda la carga a Harry Potter, quien a pesar de dar uso de varios trucos de magia con buenas actuaciones, no salva la historia.

¿Y ENTONCES?

Si son fans de Daniel Radcliffe quizá se quieran aventurar a ver El Traficante, o si buscan una película con una mediana dosis de drama y acción para pasar noventa minutos (bueno, casi) en el cine. Beast of Burden (por su título original) tiene una propuesta que sí ha funcionado en el pasado con las cintas ya mencionadas, pero que aquí se difumina con un cambio de narrativa que tampoco refuerza su razón de ser.

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