Utawarerumono: Mask of Deception | Reseña

Phil Fish, creador de Fez, alguna vez dijera “They Suck” -“Apestan”-, refiriéndose a los juegos japoneses. Sin necesidad de ir hasta el veredicto, la reseña de hoy para Utawarerumono: Mask of Deception tratará de demostrar por qué la sentencia de Fish es correcta y no tiene para cuándo pueda cambiar su vigencia.

¿UTAWAREJSDKFLASLKDJFAKLJH QUÉ?

No vi el manga, no vi la serie, no vi nada. Jugué el juego, si es que así se le puede llamar, o más bien “fui espectador”, achaté mi pulgar derecho con tanto “X” que debí apretar en una historia la cual no dudo es regularmente buena tirándole a mala, donde el protagonista despierta sin recordar nada, es encontrado por dos mujeres quienes lo van acogiendo en el poblado donde viven, y más tarde, MUCHO MÁS TARDE, junto con varios guerreros se dispone a acabar con monstruos enormes que reinan en los escenarios variados y creados al aventón.

A ver, Utawarerumono: Mask of Deception es un RPG japonés que más bien parece novela, pues las primeras tres horas habrán enfrentado una batalla literalmente, el resto son pantallas con diálogos que terminarán por fastidiar gracias a su duración. No dejan de hablar, empieza por ser interesante y termina siendo tedioso y falto de importancia. Si la historia es una de las cosas más relevantes en un juego, aquí Atlus y Leaf se tomaron bien en serio el dicho, y escribieron una novela mezclada con “manual de usuario” para provocarnos un sueñito delicioso e irnos a pegar oreja.

No señores, la historia por más “mágica, épica y legendaria” que pueda parecer, no salva en lo absoluto lo cansado que Utawarerumono: Mask of Deception termina siendo, pues las batallas a pesar de no ser tan regulares -pero jamás rayan en lo decente-, tienen cierto toque de emoción, una pizca de satisfacción y una embarrada de dinamismo. Con “embarrada” me refiero a la del tipo que el señor de los elotes aplica cuando se trata de poner la mayonesa, “apenitas” pues.

El departamento de los gráficos es otra cosa que no podía dejar pasar con la sapiencia de que no soy enajenado del mismo, pero sí es importante recalcar que sin importar lo bien hechos -y muy genéricos- visuales utilizados para la novela de la tía, estamos ante lo mismo de siempre: fondo sin animación, expresiones mínimas de los personajes cuando te dicen las mil frases, subtítulos que invariablemente terminé por no leer, menús generados en LabView al parecer -remítanse a buscar en Wikipedia-, y más adelante, MUCHO MÁS ADELANTE cuando por fin peleamos, nos encontramos con modelos en 3D que nos bajaron la moral si es que podíamos esperar algo un poco más pulido.

Utawarerumono: Mask of Deception fue creado con una fórmula “mágica” la cual ha servido ya por décadas -y sigo sin entender por qué-, e incluso me atrevería a decir que parece un juego realizado con librerías generadas por “equis” usuario, vendidas en 19.99 dólares y usadas para modelar personajes, objetos, poderes, etcétera. Así de genéricos, simples y sin chiste son las figuras geométricas que NO cobran vida en Utawarerumono, que no provocan un enamoramiento, un entendimiento ni un apego entre usuario y máquina.

YO TAMBIÉN LOS LEÍ

Tanto artículos como los textos del juego, ambos los leí y no entiendo dos cosas: ¿Cómo es que la crítica otorga calificaciones tan altas a un juego que provoca más bostezos que novela de TV Azteca/Televisa? ¿Por qué me quedé dormido tres veces mientras jugaba Utawarerumono: Mask of Deception en mi PlayStation 4 cuando debieron ser más de diez?

Soy amante de los juegos por episodios como The Wolf Among Us, Tales From the Borderlands y The Walking Dead, donde el 90% del tiempo hay diálogos entre los personajes, pero ahí no sentí a Morfeo a un lado por el hecho de que hay interacción, una mucho más intensa que apretar “X” hasta que veamos la luz y entremos en combate. Los juegos por episodios tienen decisiones, contestaciones con repercusión en la historia, peleas con umbral de fallo. Utawarerumono: Mask of Deception por su lado cuenta con un combate por turnos y casillas, donde nos movemos al lugar estratégico para iniciar la trifulca y como es costumbre con este sistema de pelea, se debe seleccionar un poder, actuar, esperar y defenderse. Nada innovador, nada diferente, nada que se salga de la zona de confort del diseñador. Y sí, yo también jugue Child of Light que era por turnos pero “QUÉ TURNOS”. Y también Project X Zone 2, buenísimo y no hay punto de comparación.

VEREDICTO

Conclusión corta para un juego largo.

Utawarerumono: Mask of Deception no es la maravilla que he leído en tantas partes donde lo alaban con pasión desmedida. Utawarerumono: Mask of Deception es una aventura que quizá como Manga, Anime, serie de TV o película animada ha de ser fantástica y sin igual, como videojuego no lo es ni por asomo, pues utilizar esta manera tan tediosa de explicar la historia, con la misma fórmula usada por los japoneses, las mismas tecnologías, presentación y estilo de combate, sólo logra reforzar el “They Suck” de Phil Fish, generalizando en los juegos que no salen del mismo concepto, que no innovan y no entregan algo diferente a lo que los JRPG’s ya se estancaron.

He estado por un buen tiempo en esto de reseñar juegos, un rato enorme en el mundo de los videojuegos, y mientras la gente presiona y exige -están en su derecho de hacerlo- por nuevas propuestas, títulos que salgan de lo común, opciones que rompan con el molde y replanteen la manera de hacer juegos, Japón vuelve a entregar un producto que será olvidado en menos de una semana, que no trascenderá y probablemente no genere expectativa porque ese sector de la industria seguirá usando el mismo concepto que Utawarerumono: Mask of Deception maneja y me obliga a desaprobarlo categóricamente.

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