God Eater Resurrection | Reseña

Sin mucho preámbulo hoy descubriremos quién es más valiente, aquel que hace un port de PlayStation Portable -el difunto PSP- o aquel que lo juega. Esta es mi reseña de God Eater Resurrection.

EL BURST RESUCITÓ… CREO

Namco Bandai en el 2011 puso a nuestra disposición la línea narrativa de God Eater Burst para PSP, de la saga de God Eater, estos RPG’s futuristas donde nuestro principal cometido es destruir monstruos, sin embargo fue el año 2015 cuando hubo una resurrección extraña llamada “port” para PlayStation Vita y PlayStation 4 para Japón, ocho meses después aproximadamente es que podemos tenerlo en Norteamérica y reseñarlo para ustedes.

God Eater Resurrection es la historia que se cuenta en el 2050 en un mundo azotado por los Aragami, unos monstruos de tamaño semi-descomunal, poderes especiales, fuerza titánica y ganas necias de matar humanos, pero son los miembros de la Organización Fenrir quienes gracias a sus armas denominadas “God Arc” pueden acabar con la amenaza de estos perros malditos desgraciados. La diferencia de estos “God Arc” -tienen que hacer la seña con sus manos de las comillas- es que en esta entrega, a diferencia del previo God Eater, pueden ser una cuchilla o una pistola suficientemente grande como para disparar unos cañonazos perrones. ¿Listos con las manos? “God Arc”.

VEREDICTO

¿Tan rápido? Oh sí, y en esta ocasión es tan rápido no por mis ganas de ir al baño, sino porque de una vez les diré el por qué este port no debió haber sido. Y es normal su suposición de que la calificación fue mala para God Eater Resurrection.

A ver, para un “Copy & Paste” creo que no es necesaria tanta parafernalia ni un costo tan excesivo -19.99 dólares-, pues siendo honestos eso es un “port” -manos- y God Eater Resurrection es uno de ellos, y al parecer fue realizado sin mucha enjundia. Para empezar los gráficos son exactamente los mismos que vimos en el PSP, mapeos muy pobres con texturas paupérrimas las cuales no tuvieron ni el cuidado de reacomodarlas en los modelos 3D o darles una manita de gato. Los efectos de luces aún son viles cartones con la textura de luz, no son fotones generados por computadora lo que nos deja aún más decepcionados.

Breve paréntesis, los gráficos no afectan en lo bueno de un juego, pero si haces un “port” aprovechando la nueva tecnología que te ofrece tanto el PS Vita como el PlayStation 4, entonces sí debes meterle ese factor de HD o de remasterización ya tan famoso en nuestros tiempos. Cerramos el paréntesis.

Los modelos de los personajes podrían tener un gran lejos, pero tienen un mal cerca, especialmente cuando aparecen estos momentos de intensas y largas charlas en los diferentes escenarios tanto del lugar donde vivimos, como de dónde se arman los catorrazos. Ahí nos damos cuenta la baja cantidad de polígonos que se siguen usando para los protagonistas, que si bien era decente y la correcta para PSP, ahora con la PlayStation 4 son una falta de respeto para los ojos de los gamers.

ES UN RPG, CONCÉNTRATE, ES UN RPG

Mantendré mi calma recordando que God Eater Resurrection es un RPG con el gran sufrimiento de los menúes extensos, cansados y tan explícitos que por momentos son tediosos si apenas van empezando con la serie o con el mismo juego. En promedio son unas cinco o seis horas de partidas reales, misiones extra y crecimiento de dificultad para que las pantallas de pausa, equipamiento, creación de objetos y todo lo demás, dejen de ser monótonas. Después de esa curva de aburrimiento es cuando comenzarán a ganar batallas más en el menú que en el campo, esto por modificar sus armas, cambiar sus tipos cuando sepan a lo que se enfrentan o decidan un estilo específico de pelea, vender objetos, comprarlos, asignar habilidades a sus compañeros y hasta vestirse de manera diferente.

God Eater Resurrection se trata más de pelear contra apestosos adefesios dispuestos a escabecharnos, y esto sucede en el campo de batalla en misiones constantes y con similitud exagerada. En cada ocasión al salir a batalla, habrá una cierta cantidad de Aragamis situados de manera supuestamente estratégica esperando los embates de nuestro equipo, realmente matarlos no es tan complicado siempre y cuando hayamos decidido ser acompañados por mínimo uno o más amigos. Ir solos como buenos Chuck Norris dificultará la situación y no tendremos quién nos rescate en caso de perecer.

Las batallas son buenas a secas, les reitero que los menúes son donde se empieza la victoria escogiendo cuidadosamente las armas, una vez en combate las cosas se facilitan sólo si sabemos con qué contamos y cómo debe usarse: citas a ciegas aquí no funcionan. La dificultad señalada previamente a desplegar la misión va aumentando conforme cumplimos empresas. Lo normal ¿No? Sin embargo el cambio de un nivel a otro es significativo, factor que podría medio salvar a God Eater Resurrection. Pero no.

VEREDICTO, AHORA SÍ EL REAL

God Eater Resurrection cuesta 19.99 dólares. 19.99 dólares es un costo demasiado elevado con la poca calidad gráfica con la que se maneja este “port” -manos como siempre- que sólo nos deja una sensación de haber sido asaltados a mano armada.

One Piece, Dark Souls, Tekken, Pac-Man, Ni No Kuni, son sólo algunos de los juegos más importantes de Bandai Namco, obras verdaderamente de respeto, de abolengo. La saga God Eater ha tenido éxito -relativo- porque en su momento supo entregar a la chaviza juegos con calidad. Hoy God Eater Resurrection es una broma empezando por el precio y acabando con la poca atención a detalles, pasando por el nulo interés en darle vivacidad al juego y en levantar la saga para sobresalir entre las decenas de RPG’s que hay en el mercado.

19.99 dólares que bien podrían usar en otros juegos que si algún día gustan, les puedo hacer una lista para invertir mejor su dinero. Y tengan cuidado pues viene God Eater 2 y las pantallas mostradas se ven idénticas a God Eater Resurrection. Triste en verdad esta situación.

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