Dying Light | Reseña
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Has pasado todo el día buscando comida, luchado contra algunos locos, entrando a casas y edificios en busca de refugio, y tratado de esquivar las zonas más pobladas de la ciudad, porque bueno, es el fin del mundo, o al menos de Harran un lugar que parece era un tanto agradable con su clima tropical, sus playas y áreas abiertas. Mala suerte que ahora todo este plagado de zombies, infectados y lo peor criaturas mutantes que atacan de noche, cuando las estrellas brillan a las alturas como si nada sucediera en este mundo horrible.

Cada segundo que pasamos en Harran será una prueba de vida o muerte, las calles, infestadas de muertos vivientes casi no dejan espacio para caminar por ellas sin luchar cuerpo a cuerpo contra algo, o alguien, los recursos son muy, muy escasos, y cuando pasa algún avión para dejar ayuda “humanitaria” nos encontraremos con que tendremos que viajar una significativa distancia. Y más vale apurarnos pues cuando lleguemos al preciado tesoro puede ya esté en manos de otros sobrevivientes (normalmente locos agresivos) o lo más peligroso del juego. La noche.

Definitivamente un mundo peligroso ¿ya mencioné que cualquier ruido fuerte atrae a los más peligrosos? pues si, es por esto que las armas improvisadas como tubos, martillos o bate de críquet serán como oro en nuestras manos. Además, si somos verdaderos exploradores encontraremos cosas aún mejores para nuestra defensa, como por ejemplo la gloriosa y mítica espada Excalibur (EXPcalibur aquí) para cortar, rebanar y machacar a cuanto enemigo tengamos enfrente.

QUE COMIENCEN LOS BORBOTONES DE SANGRE

Dying Light no es un juego para los débiles de estómago o el público infantil, y es que no tardarán en comprender que el universo que ha creado Techland es algo realmente violento. Sí, Harran esta plagado de bestias de todo tipo, y para traer un poco más de realismo al asunto, todo es sumamente gráfico.

Antes dije “cortar, rebanar y machacar” y eso es lo que haremos en la mayoría de nuestra apocalíptica aventura, todo con un enfoque visual que no podrán ignorar. Para dar un ejemplo se puede decir que tenemos el mismo acercamiento que la serie adaptación del cómic The Walking Dead, es decir, olas y olas de zombies putrefactos, con las vísceras por fuera y colgando por todas partes; caminantes en ocasiones casi desnudos que muestran graves heridas físicas como huesos rotos, horribles cortadas y hasta desmembramientos. Hey, incluso algunos por falta de piernas se arrastrarán por los suelos en busca de nuestros tobillos. Pero aquí no termina la cosa, nuestros ataques serán realmente contundentes, comenzando por una poca experiencia en el combate veremos que un golpe de tubería en el estómago no hace lo mismo que en la cabeza o mandíbula, para darnos cuenta de esto en momentos podremos ver una bonita y llamativa “radiografía” en tiempo real donde se muestran los huesos que estamos rompiendo con cada acertado ataque. Y mejor ni comienzo hablar sobre lo que hace EXPcalibur, un arma con un alto nivel de daño y poca vida útil que de un sólo tajo puede partir a la mitad a un enemigo, dejando ver en cámara lenta su caída a los suelos mientras la sangre y órganos internos salen desparramados frente a nosotros. En serio, si leen esto comprenderán que Dying Light no es un título para niños.

¡GRACIAS DAVID BELLE!

Si no podemos caminar con libertad es mejor correr y trepar. Dying Light es original en crear un nuevo enfoque de jugabilidad en este tipo de juegos pues damos la bienvenida al Parkour, ése estilo de deporte creado por David Belle, persona que ha puesto de su talento y consejo para llevar por buen camino a los artistas de Techland en la recreación de movimientos fluidos y convincentes para trepar, correr, deslizarse, saltar, y ser lo más ágiles posibles para escapar de cualquier amenaza o al contrario, preparar nuestro ataque.

Todo esto me hace mencionar que si vemos algo en el escenario, lo podemos trepar (incluso postes de luz) así que estén preparados a una buena dosis de acción desenfrenada y un control tan divertido que les hará pasar horas y horas como si hubieran sido tan sólo cinco minutos en un infierno de zombies. Al poco tiempo estaremos aprendiendo útiles formas de acabar con los enemigos ¿caer de las alturas y pisarles la cabeza? claro, es posible ¿correr y saltar para dar una “falcon kick”? sip, muy llamativo ¿lanzar armas explosivas? ¿caminar por encima de los muertos vivos pisoteando sus cabezas? ¿Saltar de poste a poste y caer con un martillo sobre alguien o algo? si, si y si. Todo es posible y lo mejor de todo, es tan sólo el principio, pues tarde o temprano veremos que podremos experimentar. Todo se vale en este desolado mundo destruido, hasta activar trampas para electrocutar amenazas.

BIENVENIDOS A LA NUEVA GENERACIÓN

Dying Light es un juego que sorprende por su tamaño, sus rápidos tiempos de carga, nivel de exploración que ofrece y sobre todo, la cantidad de lugares a los que podemos entrar. Las texturas en general cumplen su función con todo detalle y mostrando todo tipo de superficies como, asfalto, basura, paredes de ladrillo, telas, madera, vegetación y más, la iluminación sobresale pues el cambio de día a noche es bastante llamativo mientras vemos los destellos de luz pasando por entre las ramas de los árboles y las plantas, sus reflejos en superficies como vidrios y el movimiento de las sombras creadas por los diferentes elementos del escenario. En general Harran es un lugar que si imprime en el jugador la sensación de que alguna vez tuvo una vida cotidiana, a lo que me lleva a mencionar los objetos que encontraremos y que componen el horizonte.

Se podría decir hay varios barrios en la ciudad, algunos más poblados de enemigos que otros, y que presentan diferentes diseños, por ejemplo en algunos habrán escaleras en forma de callejones entre casas, otros estarán rodeados de rejas y bardas, también encontraremos edificios departamentales a los que más tarde podremos entrar, parques que alguna vez tuvieron niños jugando, gasolineras listas para estallar (muy llamativo de noche), peligrosas autopistas, avenidas principales y por supuesto pequeñas callejuelas.

En todos estos lugares encontraremos una gran variedad de vehículos para explorar en busca de provisiones, desde autobuses escolares, de transporte colectivo, turismo, patrullas, ambulancias, de mensajería y civiles, estos autos esconden mayormente grandes tesoros como comida, materiales de construcción o armas. Claro que no todo será sencillo, en algunas ocasiones habrán ciertas cerraduras que necesitarán de un nivel de habilidad extra, por lo que será de vital importancia llevar con nosotros alguna ganzúa. Como dato extra, cada exploración en las cosas ajenas para nuestra supervivencia está en tiempo real, así que si ven que hay zombies cerca, primero aléjenlos o “matenlos” (entre comillas porque ya están muertos lol) si no, pueden pasarla difícil mientras tratan de abrir un baúl o cajuela. Es decir, verse sorprendidos por un come cerebros.

LA PRÁCTICA HACE AL MAESTRO

Todo lo que hagamos en Harran contará, diciendo esto me refiero a que nuestro personaje irá subiendo de nivel en agilidad, ataque y nivel de superviviente; entregando puntos de experiencia que luego podremos acomodar en los varios árboles de mejoras. Escogiendo de esta forma los parámetros que deseemos reforzar para aprender nuevas cosas o tener la fuerza para caer de alturas más altas y cargar más peso. Algo realmente importante si lo que haremos la mayoría del tiempo es buscar provisiones y armas… además de aplastar cerebros.

Recuerden, Dying Light es un juego de mundo abierto, lo cual hace que la exploración tenga un enfoque directo sobre la jugabilidad, esto para ayudarnos a encontrar siempre el mejor camino de vuelta a casa, sobre todo cuando notemos que el sol comienza a darle paso a las estrellas y la luna. Porque si, vendrá siendo hora del “rock n’ roll” cuando las cosas se ponen de verdad interesantes pues además de los típicos zombies, nos enfrentaremos a mutantes varios, es decir algunos que escupen cosa verde, otros de gran fuerza y tamaño, y de los más peligrosos, los que gritan en la noche para buscar la presa (o sea nosotros) y que corren y trepan a una velocidad mortífera. En serio, la noche es lo mejor del juego, y en Techland lo saben tanto, que si sobrevivimos, todo lo que hayamos hecho contará el doble de puntos ¿genial no? pues sí. Claro que también pueden correr al refugio y descansar por diez horas de sueño, para despertar de nuevo en la mañana. En lo personal yo les recomiendo que la primera vez que se haga de noche la pasen completa luchando con zombies, ya que mientras las misiones avancen las cosas se pondrán complicadas y sin duda necesitarán esos puntos extra para subir de nivel.

LLEGANDO AL PUNTO DE LA HISTORIA

Como podrán imaginar es una historia de zombies, es decir, no hay mucha ciencia. Hubo un altercado con un virus, la mayoría de la gente murió, los que quedan son infectados, la ciudad esta en cuarentena y en algunas horas se decidirá si Harran es bombardeada para terminar con la infección, importando poco si hay o no sobrevivientes. Aún así y dejando esto como el principal escenario (lo cual es llamativo) nosotros controlaremos a Kyle Crane, un militar encubierto que es dejado en la ciudad con la misión de encontrar un personaje de importancia; entonces será tarea nuestra mezclarnos con los sobrevivientes y ganar su total confianza. Ahora, lo bueno del asunto es que en inicio Crane sólo está enfocado en esto, pero al pasar las misiones notaremos como su personalidad va evolucionando, creando un vínculo con los demás supervivientes y cuestionando las órdenes que tiene que seguir. Como he dicho algo interesante pues ayuda al jugador a crearse una idea más realista de la historia, con personajes en tres dimensiones que guardan una relevancia con su mundo y que tienen sus propios objetivos, cualidades y sentimientos de lo que les rodea.

Harran no sólo se muestra gráficamente como un mundo que antes tuvo vida, también sus protagonistas reflejan lo que antes tenían y que les ha sido arrebatado por la infección. Ayudando esto, a menudo encontraremos sobrevivientes en busca de ayuda y que nos darán además de experiencia, otras cosas de valor.

DYING LIGHT NO ES SÓLO DE UN JUGADOR

Un mundo abierto lleno de zombies esta bien, complementarlo con parkour esta mejor, pero añadirle un elemento multijugador esta genial. Dicho esto, cabe mencionar que en Harran no estaremos solos, ya que podremos explorarlo en compañía de amigos en modo online, lo que hace la experiencia mucho más divertida. Pero ya saben, no hagan ruido porque los “zombies feos vienen” lo cual me lleva a lo siguiente. Podemos ser un zombie. Cómo si no fuera suficiente locura, los diseñadores y artistas en Techland han incluido la modalidad “Se el zombie” lo cual hace lo obvio, pero mejorándolo.

Cuando somos un zombie podemos invadir la partida de otros jugadores ¿muy interesante no? ya lo creo, y es que luego de pasar el tutorial para este modo, nos percatamos que no somos cualquier muerto viviente, no, somos de los feos que corretean en la oscuridad, esto significa que podremos trepar con nuestras garras, saltar distancias largas, ver en la oscuridad, escupir un vómito verde asqueroso, gritar a la noche para detectar humanos y quizá lo mejor de todo, tener una lengua “de sapo” con la que además de ayudarnos para un desplazamiento mucho más rápido atraparemos a nuestras víctimas para terminarlas a contundentes golpes. Pero cuidado porque no todo es de color de rosa, pues lo mismo que en single player nos defiende, acá nos colocará prácticamente indefensos, esto es, la luz ultravioleta.

Entregando mínimo unas treinta horas de juego en el modo historia (son necesarias más para terminar las misiones secundarias), añadiendo a la receta los modos cooperativo y Se el zombie, Dying Light es un título obligatorio para los amantes de los come cerebros, no sólo está lleno de cosas asquerosas, sangre, vísceras y violencia gráfica, su apartado sonoro es sublime, entregando el escenario perfecto de desolación y peligro que se necesita para sumergirse en esta historia de supervivencia donde tendremos que luchar contra todo y todos, tratando de cumplir un objetivo que se complica cuando Kyle Crane se percata que no puede dejar de lado las necesidades de otros. Para finalmente convertirse en un héroe, la cuestión es ¿sobrevivirá la batalla?

Sin duda queremos más de Dying Light, ¿como sería el juego en una metrópoli en lugar de una ciudad costera y tropical? ¿como sería si además hubieran bombardeos y tanques de guerra entrando para terminar con los zombies? En fin, creo que esta nueva generación nos ha entregado un buen juego, yo en lo personal lo recomiendo bastante.

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