Mario Bros. | Retro Reseña

Estoy seguro al 100% que no existe personaje de los videojuegos más famoso que Mario. Desde personas adultas que nunca jugaron ninguno de sus títulos hasta los niños pequeños, todos saben quién es. Podrían no conocer a su amigo, a su princesa o su dinosaurio, pero Mario, es MARIO. Nintendo guarda en mi corazón un lugar súper especial, a pesar de no haber crecido con dicha compañía debido a factores económicos, pero nunca le perdí el paso y ahora es cuando las posibilidades me permiten volverme a acercar. Recordar es vivir, y espero hacerles regresar a esas épocas en donde los videojuegos no eran nada parecido a lo de hoy, pero igual o hasta más, disfrutábamos de ellos. Épocas épicas.

Y en algún momento de los 90’s…

Por fin me animé a pedirle a mi prima que me prestara su NES. Algunos amigos en la primaria lo tienen pero con tanta tarea me es imposible ir a sus casas a jugar con ellos. Y como Tere es mi madrina, casi que no podía negarse a dármelo por todo el fin de semana.

La verdad es que no es tanto por el NES, sino por el juego que todos presumen como lo mejor que le haya pasado a los videojuegos desde el Atari: Super Mario Bros. Ah, y sin olvidar el juego de los patos, en el cual dicen que terminas odiando al perro.

Resulta que Mario Bros es una especie de plomero, o al menos así lo percibí por su vestuario de overol y gorra, y claro que no trae ninguna herramienta. Bueno, por alguna extraña razón, el juego se inicia siendo como un niño o tremendamente enano, y así terminé divirtiéndome porque disfruté cuando uno aplasta a unos honguitos que traen cara de enojados, caminan de lado a lado hasta chocar a algún lugar, y regresan por donde venían, nomás que no te toquen porque te matan. Lo único bonito de morir es la música con la que se anuncia la muerte, el salto que uno pega y ver a Mario de frente con cara de susto: ¡fue genial! Pero no por eso me dejé matar, porque uno tiene que regresar hasta donde empezó. ¿No habrá una manera de guardar el avance?

Cuando jueguen, les recomiendo destruir todos los bloques de tabiques que se encuentren en el camino, ya sea que nos regalan hongos o flores, y si tenemos suerte una estrella. Los hongos nos hacen grandes y evitan la muerte al primer toque de un enemigo, aunque nos regresan a nuestro estado pequeño, pero es como la antesala a que nos aparezcan las flores que nos cambian de color el atuendo y nos dan el poder de disparar bolas de fuego que rebotan en el piso. Esta son súper útiles con unas plantas carnívoras que salen de las tuberías que encontraremos en todo el camino.

Déjenme hablarles un poco de los escenarios, que están súper cool, bloques para romper, las tuberías de las que ya les hablé, árboles y nubes a los lejos, y en algunos mundos será de noche. Pero eso no es nada, las tuberías no están ahí de adorno, resulta que son pasadizos a mundos debajo de la superficie, y aquí cambia todo, y se hace más interesante, tétrico por así decirlo porque hasta la música es diferente, y muy pegajosa, en estos momentos estoy con el tonito en la cabeza y no me lo sacó de ahí. El color del piso cambia, de los honguitos, los bloques, todo en tonos azules, y de repente están unos como peldaños que suben y otros que bajan que debemos brincar para pasar al otro lado del camino. Pero cuidado que si subimos o bajamos hasta salir de la pantalla, música de muerte, y regresar a iniciar el nivel.

A veces en vez de bajar al mundo subterráneo azul, ¡podremos bucear! Así como lo leen. Resulta que Mario tiene una gran habilidad para soportar la respiración bajo el agua, y además nada con gran pericia, pero hay que tener cuidado de los peces globos y los calamares, porque son muy precisos para golpearnos. Y más cuidado aun cuando pasemos por una apertura del fondo del mar, porque nos jalará y nos ahogaremos. Por eso es que esos mundos acuáticos mejor los pasaba rápido, casi ni los aprecié totalmente.

Hay que tener cuidado con el tiempo porque si se acaba, implica morir. Y como no es común que estemos viendo el temporizador, afortunadamente un aumento de la velocidad en la música nos avisa que nos quedan pocos segundos. Otra vez, la música sonando en mi cabeza. Nomás que en esos momentos el estrés me invadió y era más fácil equivocarme para llegar al final.
Todos los mundos constan de cuatro niveles, los primeros tres se terminan cuando llegamos a un pequeño castillo con un asta que tiene una bandera en todo lo alto. Nuestro deber es bajar esa bandera saltando sobre el asta, entre más alto lleguemos, más puntos nos darán. Para eso podremos tendremos de escaleras o resortes que nos impulsarán lo más alto posible, y llegar cuan alta es el asta. Y entonces a cobrar los puntos que se van a nuestra cuenta personal que nos sirven para absolutamente nada. Me pregunto para qué sirven, y sigo sin responderme. Nomás uno hace puntos y puntos y nada. Es raro, pero así funciona el juego.

Regresando a los escenarios, todos tienen que ser explorados de pies a cabeza. Hay cubos invisibles que sin querer los descubres saltando, y te dan una vida, o monedas o hasta hongos para crecer. ¿Monedas? Ah sí monedas, pero aún no les platicaré de eso. Les comento que hay que explorar mucho porque pueden salir unas plantas que nos lleven al cielo y ahí en las nubes, hay decenas y decenas de monedas sin ningún peligro de morir. En los mundos subterráneos hay una manera de viajar a cualquier mundo: es solo de encontrar la manera de subir hasta el techo, y correr hasta llegar lo más lejos posible. Llegaremos a una zona con tres tuberías y podremos ir al mundo 2, 3 ó 4. Este truco me lo pasó un amigo, y es fácil de lograr, el problema es que si nos vamos al cuarto mundo, nos faltará un poco de experiencia para recibir los cañonazos que nos esperan: lentos pero letales y constantes.

Las monedas. Son lo mejor de los mejor en Mario Bros. El sonido que hacen cuando las agarramos es indiscutiblemente genial. Y no sea que las agarremos de a montones que el sonido es mucho mejor. Juntar 100 de estas nos dan una vida, así que estas son muy necesarias, no solo divertidas. Hay bloques que traen varias monedas y debemos pegarles constantemente hasta que se acaben.

Las estrellas son un poco difíciles de encontrar y atrapar, pues saltan como si estuvieran emocionadísimas. Pero una vez que las capturamos, ningún enemigo tiene poder contra nosotros, pues el desquite es que ahora al tocarlos nosotros, mueren ellos. Aquí también hay música de esas que no se nos quita de la cabeza. Es yo creo mi favorita.

Y el último punto importante que voy a tomar es: los enemigos. Hay de todos tipos, desde los fáciles hasta los más odiosos como las tortugas que saltan entre bloques y avientan cuchillos difíciles de esquivar. ¡Sufrí muchísimo con ellos! Los pelícanos son otro sufrir. Resulta que tienen unos caparazones, que cuando les saltas encima para matarlos –y así se hace con todos los enemigos- solo se esconden en su concha y salen tiempo después. Podremos empujarlos e irán tirando a todos los enemigos a su paso, pero, hay un enorme pero, al chocar con algo regresará y si no tenemos buenos reflejos, nos pegará. Karma puro. Tengan cuidados con unos caparazones caminantes con picos, esos no se les extermina si no es con las bolas de fuego. Y bueno, el jefe final en cada mundo, es decir el cuarto nivel de cada mundo, es el que parece ser, archienemigo de Mario, una ¿tortuga? Con cara maligna y caparazón con picos, grande y malo. Y torpe. Muy fácil de matar a pesar de que su castillo está lleno de lava y proyectiles de fuego, los cuales son lanzados por Bowser desde el lugar donde nos espera. ¿Por qué torpe? Pues porque es cosa de saltarlo, o pasar debajo de él, activar una especie de hacha al final del camino, y el puente donde está, se quitará haciendo que caiga al líquido ardiente. Pero nuestra princesa, la que buscamos, estará en otro castillo.

Me encantó jugar Super Mario Bros. Están geniales los gráficos, los mundos y sobre todo la música, repito, es súper pegajosa. Los enemigos son torpes pero graciosos, y están muy bien diseñados. Mario es un personaje original y único, y espero sobremanera que sigan haciendo juegos de él. Su cruzada por rescatar a la damisela en peligro es más que buen pretexto para recorrer mundo tras mundo. He jugado varios títulos de ATARI y estoy enamorado de mi consola, pero Mario Bros está diseñado con cosas que no había visto antes, como escenarios secretos y objetos interactivos. Una revolución visual para mi gusto. No me imagino lo que viene después de ver el salto de mi ATARI al NES. Pero creo que lo mejor está por venir.

Espero volverles a escribir sobre algún otro videojuego, pues me están tentando con probar uno sobre un niño que blande una espada y una princesa, quienes deben cuidar de una fuerza extraña otorgada por unas diosas. O al menos eso me contaron.

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