Una de esas películas de acción que no se pueden dejar pasar, un viaje por el infierno donde la única salida es seguir luchando.

Un alto edificio plagado de asesinos, drogadictos y gangsters es más peligroso aun cuando en lo más alto de este reside un amo del crimen conocido como Tama Riyadi, alguien que tiene comprado a numerosos agentes de policía y oficiales de nombres desconocidos. Una trampa mortal para todo aquel que decida penetrar las puertas y se atreva luchar.

Dirigida por Gareth Evans conocido por llevar las artes marciales de indonesia (Pencak Silat) a sus películas Merentau y la presente “The Raid” presenta una historia repleta de hiperviolencia donde un equipo conformado por veinte agentes SWAT intenta llevar una misión para capturar a Tama Riyadi, una que en palabras simples consiste en subir piso por piso resguardando a todo civil y capturando a todo criminal en extremo silencio para de forma limpia llegar prácticamente hasta la azotea. Lamentablemente un segundo es suficiente para convertir la paz en una masacre.

Cien minutos donde la estrella principal son las artes marciales, los tiroteos y las acrobacias continuas (literalmente), el espectador es testigo de una dosis de acción extrema en la que no te puedes perder un segundo; todo esto suficientemente impactante gracias a un especial complemento, el uso de escenas extendidas de pelea y multitud de tomas con ángulos perfectos que acrecientan cada instante para no dejar escapar un solo golpe, explosión o acrobacia de la vista del público, en pocas palabras, cada cuadro es manejado de forma exacta a tal forma que la película destila adrenalina.

La trama en si no es nada compleja y tampoco lo busca, claramente la visión del director es segura para saber lo que desea mostrar (algo que se agradece), tan solo se habla de lo más básico, el grupo de SWAT vs todo el edificio de treinta pisos y así hasta llegar a lo más alto donde el último villano espera, obviamente cada nivel asegurando una dificultad de rivales tan cambiante que dicho grupo se ve reducido en número hasta dejar a los “más aptos” quienes se valdrán de todo para seguir con vida.

Quizá en una forma simple se podría decir que es como la curva de dificultad en un videojuego lineal lleno de enemigos y cada vez con menos armas, dejando como recurso más útil la habilidad de las artes marciales, cosa que (como ya mencioné) prácticamente explota en la pantalla no solo con secuencias increíbles, también acompañadas de un duro soundtrack de sonidos electrónicos por Aria Prayogi, Fajar Yuskemal junto a Joseph Trapanese (quien colaboró con Daft Punk en Tron: Legacy) y Mike Shinoda (artista, vocalista y guitarrista de Linkin Park) que deja una huella impresionante durante la película y en los créditos de esta producción de Indonesia con la compañía vocal de Chino Moreno (del grupo Deftones) con la canción Razors Out, una que marca en varias ocasiones los mejores momentos de la cinta.

En lo personal The Raid: Redemption (Redada Asesina) es una película (ágil y brutal) que ya se puede considerar de culto y que guarda en ella una fuerza visceral tan grande que tanto John Woo como Tarantino podrían considerarla como una de las mejores películas en la que no trabajaron y que deja ver a las producciones de Hollywood como “peleas de juguete” (refiriéndome a las secuencias de pelea claro…) ahora… me pregunto si Bane de Christopher Nolan sobreviviría en el mortal edificio de The Raid.