Una casa plagada de arrepentimientos y culpas hace que quien sea que viva allí, caiga en la más profunda desgracia.

Luego de que Vivien encontrara a su marido Ben Harmon engañándola con una estudiante, deciden que quizá la única forma de revivir su matrimonio es cambiando de casa y de ciudad; el nuevo lugar, Los Angeles… y en un barrio que a simple vista parece bastante tranquilo.

Desde el primer episodio sin duda American Horror Story marca la desdichada existencia de los Harmon, una familia conformada por tres personas que intentando descubrir una forma para seguir unidos, hayan simplemente más secretos, en esta ocasión realmente perturbadores todos ellos o al menos la mayoría, teniendo mucho que ver con los varios propietarios anteriores de la casa donde ahora habitan.

Muerte a través de décadas, épocas donde una simple casa lentamente quedó marcada por la violencia terminal de cada una de las personas que se arriesgaban a vivir dentro de ella. Muchas fueron las historias que capítulo tras capitulo servían para crear una atmósfera terrible y nauseabunda; asesinatos, personas enloquecidas y desventuras más tarde se convirtieron en los demonios que residían en cada rincón de un lugar más tarde llamado como “The Murder House”

Es como, muy lejos de lo que a simple vista podría tratarse de una historia de “fantasmas y una casa embrujada” esta historia Americana de horror se convirtió en algo realmente retorcido y amargo, donde uno no veía más que penas para esta pequeña familia donde cada uno de ellos a su manera, trataba de comprender y asimilar lo que sucedía en sus vidas; claro, antes de que la locura les gobernase y terminaran como una de las tantas otras familias que en el pasado encontraran la muerte en aquel mismo lugar.

Siendo una historia de horror, existen en esta muchos elementos de los que se les pueda sacar “jugo” para enriquecer la trama y volver interesante la narrativa, asesinatos a sangre fría surgidos por los celos, odio, culpas, y una insistente idea de querer hacer un bien bajo cualquier medio, son los detalles que transforman esta historia en algo complejo donde cada uno de sus personajes (los cuales por cierto tienen un buen desarrollo en pantalla), plasman cada uno sus formas de actuar capítulo tras capítulo, siempre y en todo momento mostrando algo nuevo que les explora para convertirlos en más que fantasmas.

En lo personal una temporada llena de inquietantes secretos que (se agradece) luego son desvelados solamente para dejar al espectador con ganas de saber que más podría ocurrir; respuestas que llevan a más preguntas y que no hacen más que tratar de imaginar cual será la caótica razón de la siguiente temporada.

American Horror Story es una de esas “cosas” donde nunca o casi nunca le pasa algo bueno a los personajes, es una historia de horror, desgracias y tragedias sin fin donde pasa tanto a todos que quizá para algunos el desenlace pueda sonar un poco “feliz” sin embargo estoy seguro que detrás de eso, no hay nada más que una irremediable (nuevamente) tragedia. ¿Alguna vez descansará aquella Murder House?