Kick-Ass
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Ciento diecisiete minutos de momentos violentamente extremos que dictan y remarcan la clasificación para adultos.

¿Por qué todos quieren ser como Paris Hilton y nadie como el Hombre Araña?, una pregunta que habla sobre ¿Por qué todos desean las pertenencias y nadie hacer el bien sin esperar nada a cambio? Kick-Ass puede que moleste a muchos desde su cómic por contar acerca de “superhéroes que no lo son… pero que tampoco son vigilantes”

Dirigida por Matthew Vauhn (director de Stardust y de las próximamente X-Men First Class y Kick-Ass 2: Balls to the wall), esta cinta se destaca en todo momento y sobre todo por la mayoría de las escenas violentas, imágenes que fácilmente podrían provocar en el espectador un humor involuntario, se convierten en muestras fácilmente perturbadoras (para algunas personas) de extrema violencia que aún aumenta por ser una niña de 11 (o 13 años) quien las provoca, una niña llamada Hit Girl que gracias al incesante entrenamiento de su padre (interpretado por Nicholas Cage) Big Daddy demuestra que prácticamente se ha convertido en una máquina para matar.

Una niña que no ha tenido infancia, un padre enfrascado en la venganza a toda costa, ciertas diferencias con el cómic que en este caso, suavizan un poco lo trastornado que es Big Daddy. Sin embargo este detalle que seguramente ha molestado a los fans, funciona en el cine, no arruina la historia y aunque presenta un origen más del tipo Hollywood estoy no seguro, si no ultra seguro, habría indignado a la totalidad de personas no conocedoras del material original. Algo que verdaderamente habría llevado la película a ser crucificada.

En resumen, si, hay varios cambios en esta adaptación, algunos buenos y otros malos, pero en general es de agradecer al estudio, al director y todo el equipo el haber llevado al cine tal historia de forma casi intacta, sin censurarla (sobre todo en la violencia y personajes) y plasmar con inteligencia muchas cosas que se pudieron convertir en un “wannabe” de Spider-Man o peor… en Sky High (Súper escuela de héroes). En este sentido Kick-Ass cumple su cometido con aplausos y lleva a quien desee, a un viaje que empieza lleno de inocencia y fantasías y se convierte en uno de peligros reales y terror.

Y hablando de “inocencia y fantasías”, se encuentra el principal de la historia: Dave Lizewski “Kick-Ass” un adolescente que harto de sufrir y ver las injusticias propagadas por delincuentes empieza a preguntarse e imaginar ¿Por qué no existen los súper héroes? Y ¿Qué le impide convertirse en uno? Como ya mencione, algo que comienza de una manera inocente y que en el pasar de la cinta se transforma en un viaje de dolor, compromisos, valentía y… más dolor. Cosa que en el cómic se plantea de forma más sangrienta aunque a final de cuentas el mensaje es el mismo.

Estamos ante la creación, el origen de un súper héroe que no tiene súper poderes, un vigilante que no es vigilante y alguien quien tampoco esta traumado por su pasado. Simplemente una persona común que ha decidido dar la vida por lo que es correcto, claro, representado básicamente como sería en el universo de los comics (o su mayoría)

Basada en el cómic escrito por Mark Millar e ilustrado por John Romita Jr, Kick-Ass sin duda es una de esas extrañas cosas que no se repiten muy seguido. Toques de humor, dosis de adrenalina, escenas de violencia, amor. Todo con un matiz bastante rudo en momentos que pone a un adolescente, una niña y un adulto a perseguir sus distintas metas en medio de arriesgadas escenas donde la muerte siempre está presente. Una cinta que a pesar de sus coloridos atuendos y publicidad, no es de ninguna forma para niños.

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