Regresan los vigilantes para perseguir el mal y madurar como futuros héroes. Esta vez con más ayuda.

Dave Lizewski como vimos en el TP anterior, se convirtió en una especie de vigilante con el puro deseo de ayudar a quienes le necesitasen. Y de forma rápida pero dolorosa descubrió un nuevo mundo donde las más inocentes fantasías se podían convertir en amargas pesadillas.

Al final no estuvo solo, descubrió que había otros (Hit-Girl y Big Daddy) que igualmente deseaban encontrar un escape a la libertad, con la idea de que en verdad se podía terminar el mal, un día a la vez. El tiempo transcurrió y Dave, convertido ahora en Kick-Ass, enfrentó desafíos y la realidad en sí, una realidad a la que no le importaba si él solo era un chico, si Hit-Girl era una niña pequeña o si Big-Daddy era un padre de excéntricas ideas y tormentoso pasado (visto en la película).

Al final los tres conocieron un villano de cuidado y a la muerte que en sus garras se llevó al padre de Hit-Girl y aprendieron que si deseaban continuar con su vida de héroes tendrían que ser más fuertes, decididos e incluso temerarios. De esto trata su secuela en comic.

Escrito por Mark Millar (Superior, Nemesis) y con ilustraciones de John Romita Jr. (Iron Man Mark 3, Kick-Ass, Amazing Spider-Man) este seguimiento a la historia plasma desde un comienzo la angustia que el nuevo padre de Hit-Girl tiene por querer alejar a la pequeña de aquel mundo oscuro y peligroso que es perseguir a los delincuentes sin importar las consecuencias; algo que a Hit-Girl no parece importarle mucho y que solo cumple por el deseo de ver a su familia tranquila, dejando de esta forma en soledad a Kick-Ass quien sigue con la idea de acabar con el mal. De luchar por lo que cree.

Una idea que se ha propagado como un virus entre las calles y, así como los buenos se empiezan a reunir en grupos, también los villanos. Dos fuerzas de igual magnitud y en sentidos opuestos que están a punto de chocar.

Y quizá no preparados para un final lleno de violencia donde todos se enfrenten a palos, golpes y rabia, los personajes de esta historia (creada por Millar y Romita Jr.) deciden no importarles nada más que jugársela, arriesgarse por lo que quieren, su destino, su ciudad, su ser, pelear por el bien y por el mal, por hacer las cosas incorrectas y correctas. Todo hasta sus últimas consecuencias en un mundo donde la gente común ha tenido que tomar el control y las riendas de la ley para defenderse de quienes han abrazado la bandera del crimen.

Kick-Ass entrega en su primer número del segundo volumen lo que los fans esperarían, buenas ilustraciones y una buena y fresca manera de contar las cosas desde un ángulo “realista” que generalmente enseña esta fantasía que unida al mundo real, crea un grupo de héroes unidos por una misma idea, defenderse y hacer el bien sin importar el tamaño del enemigo. Una historia que seguramente estará llena de sangre hasta el final.