Umbrella Academy: Dallas

“¿Quién necesita drogas cuando se tienen galletas y armas?” Dallas, un montón de sucesos desquiciados para mentes curiosas.

El primer cómic que comente y apareció en esta web fue precisamente Umbrella Academy, así pues, no podía dejar pasar la oportunidad de retomar el tema con Dallas ahora que ha terminado y se dirige a su edición recopilada.

Inmediatamente después de lo sucedido en la primera miniserie, Dallas nos presenta un grupo de superhéroes, que en mayoría intenta retomar el camino normal de sus vidas pero que al mismo tiempo se enfrenta al resultado de sus acciones y los sumerge en un estado vicioso, egocéntrico y lleno de rencor respectivamente con cada integrante. Donde solo la incapacidad física y mental de Vanya la dejan a un lado.

Pero Kraken por su parte, siendo el número 2 y típico rebelde durante la miniserie anterior (recordándome bastante al personaje de Sawyer en Lost), despega ahora con la determinación de mantenerse firme e investigar los sucesos relacionados a número 5 y lo que descubrimos son agentes temporales, dando más valor al personaje como solitario funcional y no el segundón que jamás consigue el liderazgo. Número 5 por su parte, sorprende no solo por la información que es develada acerca de su pasado, más bien por el enfoque y justificación que ofrece como respuesta a la implícita pregunta de “¿Quién demonios es número 5?”

Y es entonces que las cosas se ponen locas. Mientras que la primera parte Apocalypse Suite me pareció un tanto común respecto al concepto típico del bien contra el mal y detener la inminente destrucción del mundo durante una historia lineal. En Dallas somos sorprendidos con viajes en el tiempo que llevan a los personajes hasta los años sesenta, y la misión de detenerse a uno mismo (por extraño que eso parezca) además claro, de impedir un nuevo Armageddon como es habitual.

Encontramos también a Hazel y Cha-cha, dos asesinos imparables que parecen más preocupados por mantener su nivel de azúcar al máximo que por los actos que realizan cómica y terroríficamente al mismo tiempo (un toque similar a la relación entre John Travolta y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction) integrando en la historia un condimento que no solo nivela la carga de acción, sino que introduce momentos y frases excepcionales que por momentos se roban el show. Aunque claro, los mejores chistes son los más cortos que no necesitan explicación, por lo que el tiempo limitado de su participación es proporcional al entretenimiento, que no podría lograrse posiblemente con un cómic donde fueran protagonistas.

En general, puede que Apocalypse Suite sea una miniserie fresca e ideal tanto para un conocedor de comics, como alguien que toma una historieta por primera vez. Pero Dallas lleva las cosas al siguiente nivel, donde se rompen las restricciones de lo creíble y convencional, para deleitarnos con acontecimientos que cambian la historia, aún cuando el mundo parezca el mismo. Por lo que si aún existía una duda acerca de la capacidad de Gerard Way para continuar en el mundo del cómic con esta serie, la respuesta ha sido publicada.

Umbrella Academy es uno de los pocos comics que puedes leer de corrido, sin sentir el pasar del tiempo o el hambre en ninguna de sus páginas. Y que además de entretener, causar interés y gracia, va a conseguir que esperes con ansia al próximo volumen para descubrir con que te sorprenderán este grupo de personas con poderes y actitudes fuera de lo normal.

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