Transformers: Revenge of the Fallen
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Regresa Michael Bay con una cinta repleta de robots gigantes dando golpes y disparos a diestra y siniestra.

En estos tiempos es extremadamente difícil encontrar a un ser humano que asegure no conocer a los Transformers. Digo, estos personajes datan de los años ochenta, han tenido caricaturas, videojuegos, comics, juguetes, figuras coleccionables, albums de estampas y una infinidad de cosas. En el 2007 aparecieron en la primera película de acción viva y tal fue su éxito que ahora, en este año 2009, nos encontramos con una muy esperada secuela donde todo es más grande, más ruidoso y ciertamente más explosivo. La cinta dura ciento cincuenta minutos ¿Es demasiado? Creo que esa pregunta se podría responder con otra ¿Aún te emociona ver robots gigantes?

Si la respuesta es NO, “no me emociona ver robots gigantes partiéndose la #”$%” entonces debo decir que sin duda esta película no es para tí. Sí, “Transformers 2: Revenge of the Fallen” no es Sheakespare, no es Dickens, no es Assimov (y así podría seguir) ¿Entonces qué es Transformers? Es claramente la respuesta a todos esos pequeños o grandes o viejos que siempre han deseado ver una película como esta, pero no solo eso, es una película que verdaderamente no teme en lo absoluto mostrar escenas bastante caricaturizadas donde pareciera que el mismo Michael Bay se burla de él mismo al volar (o hacer explotar) incluso una casita de perros gay, dando un mensaje a todos los críticos bastante llamativo que podría decir “Sí, ¿Y? ¡En mis películas todo explota!”

Estoy consciente de que esta cinta ha tenido bastantes reseñas malas o de baja notación, pero ¿qué es lo valioso aquí? Aquí tenemos no solo una apuesta grande al mundo de la ciencia ficción para todo público, tenemos horas y horas de trabajo, de construcción de personajes que aunque parezcan ser simples, en verdad están vivos de una manera singular, después de todo esta no es una película de arte donde los actores tienen veinte o más minutos para demostrar su humor o su pesar hacía algo, no, este es el género de la acción donde unos cuantos segundos son valiosos para decir muchas cosas que el público debe comprender al instante y así seguir adelante con los disparos. De hecho creo que se necesita de bastante valor para hacer algo así y ser comprendido.

Una cuestión que estoy seguro a muchos les pasó por la cabeza, es ¿Por qué los robots son tan humanos, tan chistosos, tan eufóricos? ¿Que no son robots después de todo? sobre todo para quienes recordamos las ya antiguas caricaturas de los ochenta. Creo para empezar, que aquí por su comportamiento vemos a seres vivos, sí, son de metal, pero en su raza, en su mundo, en su forma de ver la vida, ellos son como nosotros, tienen su cultura, sus creencias, sus temores, por consiguiente si nosotros podemos reír y llorar, o aplaudir y gritar ¿porque ellos no? ¿Entonces donde esta el ridículo? La película es claramente una versión actualizada, ahora el público infantil (al cual esta principalmente dirigida) ya no es como el de antes, pongámosle una caricatura de los ochenta a un chico de hoy en día y veamos si no se aburre.

Los efectos especiales son asombrosos en verdad, de hecho un solo cuadro de animación en formato IMAX necesitaba setenta y dos horas para ser renderizado; a diferencia de la primera parte donde ILM (Industrial Ligth and Magic) uso 15 terabytes en la película, en esta secuela se requirió la cantidad de 140. Como ya he dicho, es una gran apuesta a la que Michael Bay, Steven Spielberg, Lorenzo di Bonaventura entre otros, se han arriesgado (al menos con la crítica) para mostrar una visión que rompe o más bien desgarra la percepción que el mundo tenía al imaginar una cinta de robots (Hey, desearía ver una de Mazinger Z) pues no solo se atreven a crear algo de un buen tiempo de duración, también en mostrarnos imágenes que tanto pueden rayar en lo asombroso como en lo ridículo para hacer de este, un viaje visual que seguramente solo se podría repetir con una futura secuela.

Transformers 2: Revenge of the Fallen, si tu respuesta es “sí, si me gusta ver robots partiéndose la “#$$%!” Esta es la cinta que esperabas, pasarás un buen rato, serás testigo de un sonido explosivo que te volará los sesos, reirás con las ocurrencias de un montón de robots llenos de vida y lo mejor de todo, recordarás esas peleas épicas que imaginabas de niño cuando jugabas con tus muñecos. Esta es una película que muestra otro tipo de arte, el de la destrucción continua hacia todo lo que conforme el horizonte.

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