Hay algo sobre lo que se puede especular o narrar demasiado y sin embargo quedar inconcluso aún antes de comenzar.

De todos los tipos de historias siempre he encontrado más interesantes y atractivas las que tratan sobre la vida. Si, todas las historias nos cuentan un momento importante en la vida de ciertos personajes, pero más allá de instantes lo que me atrae son los pequeños instantes que concluyen en toda una experiencia con la posibilidad de aportar algo a nuestra propia realidad, y este cómic tiene eso.

Sin idea de lo que iba a encontrar en las páginas de Daytripper, descubrí a un personaje llamado Brás de Oliva Domingos, del cual puedo mencionar varias cosas luego de 22 páginas. Es una persona que debió renunciar a sus primeros sueños de juventud; que realiza un trabajo totalmente contrario a su ideal; que tiene una idea en mente que lo acompaña a todos lados y cuando no es así se presentan situaciones que se la recuerdan; y que a pesar de no estar solo, parece sufrir internamente como casi todos lo hacemos.

Fabio Moon (Pixu: The mark of evil) y Gabriel Bá (The Umbrella Academy) crearon a un personaje tan común, que encuentro difícil exista alguien que no se identifique con él en algún aspecto. Y por esos pequeños detalles es que el final de esta primera entrega es atroz y me hace levantar la mirada solo para reflexionar sobre sus páginas de acuerdo a mi propia existencia con el deseo de no encarar mi destino en una ocasión similar.

En este punto, no sé ni puedo imaginar lo que sigue a continuación y las posibilidades podrían ser tan ilimitadas como asombrosas, porque la vida aporta experiencias infinitas que no pueden ser interrumpidas aún llegado el final.

Pero si de algo estoy seguro, es que está miniserie tiene un gran potencial, es uno de los comics recientes que reflejan un trabajo tan personal en cuanto a su idea e interpretación, y realmente vale la pena leerlo aún cuando no sea del género preferido del lector.